
Salvador Illa ha demostrado en sus primeros pasos como presidente de la Generalitat muy poca querencia hacia la bandera de España, a pesar de que su partido, el socialista, gobierna España y que uno de los dirigentes del PSC, Carlos Prieto, como delegado del Gobierno en Cataluña, ha de hacer cumplir – cosa que no hace – la ley de banderas que dicta que la rojigualda ha de ondear en los ayuntamientos y el resto de edificios públicos.
Esta escasa querencia hacia la bandera común de todos los españoles – insistimos, estamos hablando del partido que gobierna España – se ha trasladado a buena parte del PSC. Por ejemplo a la federación local en L’Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad de Cataluña, que los socialistas gobiernan de manera ininterrumpida desde 1979.
Y en la caseta oficial del PSC en las fiestas del barrio de Bellvitge, las más populares de L’Hospitalet, este sábado ondeó una senyera y una bandera tricolor – la de la Segunda República –. Ni rastro de la bandera oficial de España, la rojigulada, a pesar que los socialistas gobiernan el país. Eso sí, en campaña electoral Pedro Sánchez saca a pasear la bandera de España.

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