
El alcalde socialista de L’Hospitalet de Llobregat, David Quirós, está sitiado políticamente y no acaba de despegar tras tomar el relevo de Núria Marín, una política que tenía bastante popularidad en la segunda ciudad de Cataluña. Los graves problemas de seguridad que padece esta urbe, y que han sido continuamente denunciados por Sonia Esplugas (PP) y Francisco González (VOX).
La tercera fuerza del consistorio, Esquerra Republicana, que está liderada en esta ciudad por el ex teniente de alcalde socialista Jaume Graells, también está apretando al nada popular Quirós y ha denunciado que el gobierno municipal ha provocado que L’Hospitalet haya perdido 54 millones de euros de superávit que no se invertirán en la ciudad. Y ha puesto un buen número de carteles en toda la ciudad denunciando este hecho.
David Quirós está recibiendo una oleada de desembarco de consejeros, ministros y otros altos cargos tanto de la Generalitat como del Gobierno central – ambas administraciones en manos socialistas – para intentar ayudar a mejorar su maltrecha imagen. Pero cada vez que intenta sacar cabeza, los delitos y las muestras de incivismo destrozan estos esfuerzos.
La entidad constitucionalista Convivencia Cívica Catalana va a abrir otro frente a Quirós, cuyo gobierno municipal vulnera los derechos lingüísticos de los vecinos de esta ciudad que son castellanoparlantes, dado que el consistorio se empeña en usar solo en catalán en la mayoría de rótulos, señales de tráfico, placas de calle y otros elementos de comunicación e información.
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