Casi medio centenar de historiadores catalanes han decidido organizarse y dar un paso al frente para difundir la verdadera historia de Cataluña, desde el máximo rigor académico, frente a la imagen “preocupantemente distorsionada” que se ha trasladado al gran público durante los últimos años fruto de la influencia del proceso independentista.
Este grupo de historiadores, capitaneado por Óscar Uceda, pretende “devolver la honradez al estudio de la historia, disciplina que sufre la presión del movimiento nacionalista catalán y que deviene en un distanciamiento de la verdad cuando no en manipulaciones deliberadas”.
En el acto de presentación, Historiadors de Catalunya ha afirmado que “la labor del historiador ha de estar siempre encaminada a la búsqueda obsesiva de la verdad” y han incidido en que la actual distorsión de la realidad “se debe al dominio de la difusión del relato histórico de Catalunya por una corriente mayoritariamente nacionalista”.
En este sentido, Uceda ha recordado que “nada es casual” y que “ya en el año 1990 se filtró un documento interno de Pujol en el que se detallaba el camino a seguir por parte de los nacionalistas, desde la exaltación de un supuesto pasado glorioso hasta el listado de agravios y la identificación del responsable al que culpar”, refiriéndose al Programa 2000 que publicó el diario El País el 28 de octubre de 1990.
La asociación de historiadores, que hace honor en su nombre a Antonio Capmany “por su rigor y su interés por documentar de manera objetiva la realidad”, ha hecho pública además su página web y ha anunciado que seguirán haciendo conferencias, notas de prensa y artículos de opinión ya que como historiadores “tenemos el deber de recuperar la responsabilidad de ser los difusores de nuestro pasado” –afirmó Uceda.
Además anuncian el lanzamiento para Sant Jordi de La historia silenciada, un libro con artículos de 15 historiadores y autores que promete poner negro sobre blanco algunos de los temas más controvertidos en los que ha crecido el nacionalismo avivando supuestos agravios y exagerando hechos que nunca tuvieron la relevancia que se les pretende.
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