Cataluña es tierra de héroes, de personas que dan la cara para defender las libertades de todos frente al totalitarismo independentista que intenta privar de derechos políticos a millones de catalanes.
Los que se comprometen sufren los embates de los secesionistas que son enemigos de la libertad, que no dudan en usar todos las armas que poseen para intentar desgastar o destruir a los que consideran sus enemigos.
Una de las personas que más desgaste ha sufrido, debido a su vitalidad y a su compromiso incansable con el constitucionalismo, lo que ha provocado que esté en un buen número de frentes, es Miriam Tey.
De ser una editora de éxito ha acabado de punta de lanza de la Resistencia al separatismo, impulsando o apoyando un buen número de iniciativas constitucionalistas. Ello le ha ganado el aprecio de un buen número de las ‘víctimas’ del ‘procés’, pero también le ha situado en el punto de mira de muchos.
Por suerte, posee un sano relativismo de las cosas, que le lleva a mirar lo positivo y lo que puede servir para seguir avanzando en la lucha por la libertad, y a desestimar lo que solo produce ruido o es consecuencia del odio o de la envidia. Lo que suma, le interesa. Lo que resta, ni lo mira.
El secesionismo, y los liberticidas, tienen un mal enemigo en Miriam. Porque ni se rinde, ni se cansa, ni se deja derrotar. Por eso tiene el cariño de tantos.
Sergio Fidalgo
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