La inmensa mayoría de los que actualmente somos aficionados del RCD Espanyol no lo hemos hecho para ganar títulos, ni para disfrutar de un fútbol de fantasía. Unos lo habrán hecho por simpatía hacia un club modesto, pero que no se rinde jamás. Otros por tradición familiar. Algunos porque su grupo de amigos le invitaron un día a venir a nuestro estadio y poco a poco se fueron enganchando. También porque los hay que les gusta ver fútbol de elite en directo, y no aguantan al Barça. Otros, directamente, por que ser anticulés forma parte de su ser. O por mil razones más.
Sea por lo que sea, lo que queda claro es que, por mucho que una generación de pericos viera ganar dos Copas del Rey y asistiera a una final de Europa League, si lo que buscas es ver levantar trofeos para eso está nuestro poderoso vecino, que los gana más fácilmente que nosotros, básicamente porque multiplica por ocho o por nueve nuestro presupuesto anual.
Somos del Espanyol por mil razones, pero no porque vaya a ser un club ‘ganador’, no exigimos victorias, nos gustar estar al lado de nuestro equipo, gane o pierde, aunque a veces su juego nos deprima. De hecho, estamos acostumbrados a hacer primeras vueltas del campeonato de pena, para remontar al final y salvar los muebles, o comenzar muy bien la Liga para acabar pidiendo la hora tras una racha de varias derrotas en el tramo decisivo de la competición, como nos pasó en la 2021-2022.
Eso sí, a nadie le amarga un dulce, y aunque nuestro orgullo se manifiesta en nuestra pertenencia al sentimiento perico, y no en los títulos ganados, tampoco nos molesta conseguir de vez en cuando alguna Copa. A ver si este año no nos empeñamos, como acostumbramos a hacer la mayoría de las veces, en desperdiciar el torneo del K.O y nos lo tomamos en serio, jugando todos los partidos con el mejor equipo posible.
Nuestro once de gala es casi seguro que no ganará la Liga, y difícilmente se clasificará para la Champions. Pero si vamos en serio, y los cruces nos son favorables, si que nos podemos plantar en semifinales, incluso en la final de la Copa. Y si eso ocurre… a soñar.
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