Vale la pena hacer un poco de historia sobre el nombre de esta localidad tarraconense. A mediados del siglo XVIII, el rey Carlos III (1716 -1788) ordenó la construcción de un gran puerto en la zona del Delta del Ebro, así como la construcción y desarrollo de una gran villa en un pequeño lugar de pescadores conocido como ‘La Rápita’ por existir allí una torre de origen musulmán. En su honor, la nueva villa recibiría, desde entonces, el nombre de ‘San Carlos de la Rápita’, nombre que se adaptó a la forma catalana en 1982 pasando a llamarse, oficialmente ‘Sant Carles de la Ràpita’,
Sin embargo, el consistorio de la localidad, presidido por el alcalde Josep Caparrós (ERC), acordó, el pasado octubre, someter a consulta el posible cambio de nombre de la localidad, defendiendo que pasara a llamarse solo ‘La Ràpita’. La condición era que fuese aprobado, al menos, por el 20% del censo (en el que podían votar también los mayores de 16 años); de ser así pasaría a llamarse La Rápita y perdería el “Sant Carles”, de connotación monárquica. El “sí” ganó con claridad pero la participación fue sólo del 18,03% por lo que no se cumplió la condición acordada. A pesar de esto, el alcalde, olvidándose de lo acordado, decidió continuar adelante con el cambio de nombre y con los votos a favor de ERC y de la concejal no adscrita continuaron con la tramitación para hacer efectivo el cambio.
El jueves pasado (10 de febrero), la Generalitat de Catalunya validó a través del DOGC dicho cambio. Y en la cuenta oficial de Facebook y Twitter del Ayuntamiento se decía lo siguiente: “El canvi de nom ja és oficial: Som ‘La Ràpita’. La Generalitat de Catalunya, en una publicació al DOGC, dona conformitat al canvi de nom que recupera com a oficial el nom històric que no s’ha deixat d’utilitzar per part dels habitants del municipi fins avui dia.”
Es decir, el Ayuntamiento ha resuelto por fin el ‘gravísimo problema’ del nombre de la localidad que por lo visto se venía arrastrando desde hace casi 300 años y no dejaba vivir a los ciudadanos… Es increíble, los secesionistas siempre a la suya, no paran de ofrecernos esperpénticos espectáculos. Debe ser que en la población no tienen problemas de más enjundia por resolver. Señor alcalde de ERC: ¡Dedíquese a solucionar los problemas reales de los ciudadanos que son muchísimos!
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