La cabo de los Mossos d’Esquadra Inma Alcolea ha sido absuelta por un juzgado de lo contencioso-administrativo de la falta administrativa que originó su sanción, la de insultar presuntamente al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en redes sociales.
El juzgado ha resuelto que dichos insultos los escribió su madre, y no ella. La persecución que la División de Asuntos Internos de los Mossos inició contra Alcolea se ha demostrado que fue injusta.
Esta victoria moral de esta agente lo es de todos aquellos mossos constitucionalistas que solo quieren hacer su trabajo: cumplir las leyes.
Bien haría la Generalitat en tomar nota de que las injusticias siempre toparán con el muro de los tribunales democráticos de nuestro país.
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