Hace un año, el 6 y 7 de septiembre de 2017, el Parlamento catalán tuvo una sesión maratoniana en la que la coalición independentista gobernante aprobó un referéndum de independencia para el 1 de octubre. Los independentistas forzaron la aprobación de dicha ley mediante un procedimiento ilegal y completamente inapropiado para la enorme relevancia que tendría un referéndum de estas características. Por ello, desde SCC hacemos el siguiente análisis:
- Los partidos independentistas emplearon una mayoría muy ajustada (72 votos de un total de 135) en el Parlamento de Cataluña para forzar una votación rápida sin lectura de la ley y sin debate. Lo hicieron así pese a que todas las encuestas aseguraban que los partidarios de la independencia no son una mayoría social en Cataluña.
- La ley del referéndum se preparó en secreto y se presentó sin darle tiempo a la oposición para hacer enmiendas.
- La ley del referéndum no establecía un mínimo de participación para considerar el referéndum como válido.
- No se respetó la neutralidad y la diligencia debida, forzando a los trabajadores públicos a preparar una votación pese a las dudas razonables de que fueran ilegales tanto la ley que se preparó como la votación que hizo el Parlamento.
- Los partidos de la oposición aseguraron que sus derechos como parlamentarios estaban siendo violados. 52 miembros de la oposición abandonaron el Parlamento en el momento de la votación como forma de protesta.
- Los partidos independentistas sabían que los medios que estaban siendo utilizados eran irregulares, pero aseguraron que no tenían otra forma para aprobar la ley.
- En la misma noche, el Tribunal Constitucional suspendió la ley y el 17 de octubre el mismo tribunal, mediante una votación unánime de todos sus miembros, aseguró que dicha ley era inconstitucional y sin ninguna fuera legal vinculante.
(Del libro de Teresa Freixes: 155. Los días que estremecieron a Cataluña. Editorial Doña Tecla. Madrid, 2018)
Pese a esto, esta semana, el presidente de la Generalitat Joaquim Torra aseguró que quiere volver a reanudar el intento de secesión de Cataluña con resto de España puesto que está obligado a cumplir con el mandato extraído del referéndum del 1 de octubre y de la ley del referéndum. Desde SCC creemos que esta actitud del presidente es frustrante e inútil. En vez de en esto, el gobierno catalán debería dedicar todos sus esfuerzos en solucionar la fractura social que vivimos en Cataluña. Por nuestra parte, confiamos en poder seguir trabajando para sanar las heridas abiertas que hay actualmente en la sociedad catalana.
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