- Las diferencias entre los Estatutos de las diferentes Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos y sociales (art. 138).
- Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado (art. 139.1).
¿Por qué empezar este escrito, con dos artículos de la Constitución Española?
La respuesta es sencilla.
Se mire como se mire, los principios constitucionales señalados han quedado absolutamente abortados con las disposiciones lingüísticas que la Generalidad de Cataluña lleva a cabo desde hace demasiados años, disposiciones que imponen una desigualdad de derechos individuales y colectivos entre alumnos, profesores y el resto de personal que asiste y trabaja en los centros educativos en Cataluña (desde educación infantil a formación universitaria). Igualmente imponen privilegios a esta Comunidad Autónoma respecto de otras muchas.
Los mecanismos utilizados son de sobras conocidos por la ciudadanía, sobre todo por aquellos que ven cómo se les discrimina por razón de lengua. En el caso de Cataluña, los hispanohablantes son las víctimas propiciatorias de la imposición del catalán en todos los ámbitos educativos.
Se ha escrito mucho sobre la inmersión lingüística en catalán desde la promulgación de la Ley de Política Lingüística de 1983. El proyecto monolingüe ha rebasado las barreras de Cataluña y hoy encontramos políticas educativas del mismo calado y consecuencias en Valencia, Baleares y Galicia.
Es el momento de que dejemos de hablar de inmersión lingüística para difundir y alertar a la sociedad catalana hispanohablante de que estamos viviendo un proceso de sumersión lingüística. No es de ninguna manera inmersión puesto que se aplica de manera total, obligatoria y precoz (C. LEAL ADÁN ) y su intencionalidad no es integradora y de respeto hacia la lengua española. Tampoco contempla la diversidad, los ritmos de aprendizaje individuales.
¿Por qué debemos hablar de sumersión? La L1 de un alumno hispanohablante (lengua materna) no es valorada en absoluto más bien se la considera un obstáculo para adquirir su segunda lengua que habría de ser el catalán, L2. La sumersión no contempla la adaptación a posibles dificultades del alumno como sordera u otro tipo de discapacidad y no respeta el proceso natural de adquisición de la lengua. Social y emocionalmente es un mazazo para el desarrollo del alumnado.
Considero que las Federaciones de AFAS (Asociación de Familias de Alumnos) en Cataluña (de momento no voy a señalar a ninguna) son tan importantes como el propio Departamento de Educación. Son la herramienta que ha permitido y permite que se haya llegado a esta situación de sumersión
Las AFAS se federan y son las federaciones las que han conseguido politizar a las AFAS que a ellas están asociadas. Si a esto añadimos que algunas de estas federaciones coquetean y siguen a asociaciones y partidos nacionalistas como Ómnium Cultural o la CUP, se entiende más claramente lo fácil que ha sido manipular la educación.
Las federaciones de AFAS defienden la participación de las familias en los centros educativos, supuestamente para aumentar y fortalecer el proceso educativo, pero lo que han conseguido es fortalecer procesos de exclusión (Warren, 2007) ya que se han entregado por completo al racismo institucional que impera en Cataluña en contra de los hispanohablantes.
Si lo que nos mueve es potenciar los valores básicos de nuestra democracia y el funcionamiento de sus instituciones de sus instituciones las familias, padres y madres implicados en la educación de sus hijos deben denunciar los atropellos a que nos vemos sometidos los que nos sentimos españoles y catalanes.
Berta Romera. ACPE (Catalunya por España)
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Sergio Fidalgo relata en el libro 'TV3, el tamborilero del Bruc del procés' como a los sones del 'tambor' de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.
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