Anna Grau es periodista y diputada en el Parlament por Ciudadanos desde 2021. Es la portavoz del comité autonómico catalán y es la alcaldable de esta formación para Barcelona. Publicó con la empresa editora de elCatalán, Ediciones Hildy, el libro ‘Girona’, la traducción que hizo del Episodio Nacional de Benito Pérez Galdós dedicado a esta ciudad catalana.
¿Cómo definiría la situación de Barcelona, tras el gobierno Comunes-PSC?
Crítica. Es un verdadero reto político salir de este hoyo de decadencia, contradicciones y mentiras. Cuanto más agresivamente progre es el discurso, menos tiene que ver con la realidad cotidiana donde se acumulan las desigualdades y sólo están a salvo los muy ricos, los subvencionados por Colau y/o los okupas. El PSC ha incubado tres monstruos de dogmatismo, mala gestión y corrupción con sus pactos de la vergüenza en las instituciones catalanas: Aragonès en la Generalitat, los peones de Puigdemont en la Diputación de Barcelona y Colau en el Ayuntamiento. Hay que empezar a romper ese cerco, esa telaraña de intereses que ahogan al ciudadano más allá de lo humanamente soportable. Yo hago un llamamiento a la reflexión a los votantes de todos los partidos, independentistas incluidos: ¿De verdad creen que esto es sostenible? ¿Qué se puede vivir indefinidamente así?
Según algunos sondeos, Xavier Trias estaría consiguiendo votos entre el electorado constitucionalista. ¿Qué les diría a estos votantes?
Para responder cabalmente a esa pregunta, primero habría quizá que definir qué entendemos exactamente por electorado constitucionalista. Antes de Ciudadanos, no existía el constitucionalismo en Cataluña. No había esperanza de libertad ni de progreso, y si aún la hay es porque Ciudadanos existe, resiste e insiste. Insiste allá donde el PSC no quiere saber nada y donde el PP tiró la toalla hace tiempo, anteponiendo sus pactos del Tinell o del Majestic a acabar con la orfandad política de más de media Cataluña y de la inmensa mayoría de los vecinos de Barcelona.
Si el candidato del PP a la alcaldía intenta ser un Manuel Valls con acento de Badalona, y se pone a disposición de Xavier Trias gratis total, o a cambio de cuatro apoyos a Feijoo en Madrid, es normal que algunos de sus votantes prefieran acabar antes y votar a Trias directamente. Yo no tengo ese problema. Ningún votante de Ciutadans se plantea ni remotamente votar a nada ni nadie que tenga nada que ver con Puigdemont. Más bien nos sucede lo contrario: algún independentista desengañado, o, para ser precisos, muy harto de que le engañen, se rinde a la evidencia de que con el constitucionalismo se vive mejor. Incluso si eres indepe, porque mientras cumplas las leyes de la convivencia, tus ideas se te van a respetar y andarás mejor servido y gestionado.
¿Ha trasladado los comunes su tradicional fanatismo a la forma de gobierno municipal?
El 15M fue un estallido de activismo inicialmente heterogéneo e inocente, donde cada uno era de su padre y de su madre, pero rápidamente fue “okupado” por Podemos, que a su vez “okupó” todo lo que había a la presunta izquierda del PSOE, con un apetito de poder absoluto que, lejos de sosegarse cuando llega a las instituciones, devora y cancela todo lo que se le pone enfrente. Adversarios políticos, periodistas no afines, feministas indóciles, etc. Colau ha sometido Barcelona a un stress test de arbitrariedad, nepotismo e intransigencia que a un partido sin la patente de corso de ser “de izquierdas” no se le habría permitido jamás. Y esa patente de corso “de izquierdas” se la ha dado Collboni, que a la vez que blanquea a su socia de gobierno, se blanquea a sí mismo. Es lo que yo llamo la izquierda hámster, que da incesantes vueltas en una rueda que no va a ninguna parte, de la que no se sale jamás.
¿Es Barcelona una ciudad segura?
Evidentemente, no. Le faltan muchos efectivos para tener una policía suficiente, eficiente e inapelable. Pero ni multiplicando los efectivos tendremos eso si no cambiamos la ordenanza de civismo y el marco mental de la autoridad política. Sin seguridad no hay libertad.
¿Qué le parece el plan de Colau para desterrar el vehículo privado de la ciudad?
Colau juega al gato y al ratón con los cientos de miles de conductores de vehículos que transitan a diario por Barcelona, muchos porque no tienen otro remedio para ir y venir de trabajar, sobre todo vistas las insuficiencias y carencias del transporte público, tanto urbano como interurbano. Colau es el gato y ve a cada conductor de coche como un ratón. Su número dos se jactaba el otro día de haberse comido ya 100.000 coches al año…
¿Es Barcelona una ciudad con una movilidad cada vez más deficiente?
Sí, y lo es para todos los modelos de movilidad, incluidos los aparentemente mimados por la alcaldesa. Los ciclistas no están contentos, sus carriles bici son caprichosos y peligrosos y atraen la antipatía de mucha gente. Los motoristas se juegan la vida. Los patinetes no tienen regulación ni protección. Los que cogen el autobús languidecen mucho más de lo normal en las paradas y se preguntan por qué desaparecen líneas, los usuarios del metro llevan años esperando que se completen las líneas 9 y 10, los peatones tienen que andar con mil ojos…
¿Qué propone usted para mejorar la economía de la ciudad?
Cambiar el gobierno municipal, apostar por la colaboración público-privada, bajar impuestos, aligerar burocracia, que cuando un negocio se descapitaliza antes de abrir porque las licencias no han llegado a tiempo esto tenga consecuencias para la Administración responsable, apostar por el turismo, la restauración, el sector tecnológico, la cultura… La cultura fue el arma secreta de Barcelona, también económica, y puede volver a serlo.
¿Qué sería necesario para crear una alternativa sólida al separatismo que sirviera para remontar, aunque sea en treinta años, la actual hegemonía política, social y cultural que posee en Cataluña?
No tenemos 30 años. Cataluña no será normal hasta que no se experimente una verdadera alternancia política y hagamos limpieza de las viejas momias sociovergentes, socioseparatistas y tripartitas. Cataluña no será normal hasta que haya un president de la Generalitat y una alcaldesa de Barcelona de Ciutadans. Yo trabajaré mucho dentro del Ayuntamiento para conseguir este objetivo en 4 años máximo.
¿Crees que el “lo volveremos a hacer” de los separatistas es una fanfarronada o una amenaza real?
Creo que no han dejado de hacerlo en ningún momento. Nunca pensé que aspiraran seriamente a la independencia. Aspiraban a un coto privado independentista, a blindar sus privilegios políticos, económicos y jurídicos. Son una neoburguesía basada no en la clase social sino en la obediencia civil a un discurso único y excluyente. Si acatas prosperas, si no, van a por ti con todo.
¿Qué opina de los plantes de Ada Colau a Felipe VI en los actos institucionales que se celebran en Cataluña?
En estos momentos los barceloneses tienen más y mejor rey que alcaldesa. Yo voy a poner todo de mi parte para corregir eso.
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