La comunidad autónoma catalana vive en una anormalidad absoluta desde que en el año 2017 los líderes separatistas decidieron dinamitar la ley y tratar de dar un golpe de Estado en Cataluña. Desde entonces, la decadencia ha sido la nota predominante.
Y la victoria de Salvador Illa el pasado 12 de mayo no ha servido para poner fin al proceso independentista, como algunos voceros socialistas se han apresurado a asegurar. De hecho, el PSC facilitando la presidencia del Parlament a un golpista indultado como Josep Rull puso la primera piedra a otra legislatura perdida.
Rull, en una entrevista en el digital independentista Vilaweb, ha dejado claro que el pleno de investidura de Salvador Illa no se desarrollará con normalidad si el prófugo Carles Puigdemont es detenido este próximo jueves. Junts quiere hacer saltar por los aires la investidura del líder del PSC, y con la presidencia de la cámara catalana en la mano, lo tiene muy fácil.
Este jueves le espera a Cataluña otro día histórico, pero por vergonzoso. Se viene otra performance separatista en la cámara catalana, mientras los ciudadanos observan con estupor como la comunidad autónoma catalana pierde oportunidades de crecer y es adelantada, por izquierda y derecha, por otros territorios.
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