Comentario editorial de elCatalán.es
Hace unos días, en otro editorial, rogábamos a Pedro Sánchez que interviniera para evitar que en Cataluña imperara la Ley de la Jungla. Fue cuando los autodenominados CDRs cortaban autopistas ante la pasividad de los Mossos, y cuando el ‘president’ Quim Torra amenazaba con sanciones a los agentes de la policía autonómica que cumplían con su deber evitando que violentos secesionistas golpearan a catalanes constitucionalistas.
Ya podemos decir, sin lugar a dudas, que la Ley de la Jungla se ha impuesto en Cataluña. Aparentemente no es así, dado que los Mossos han hecho algunas cargas durante la jornada del 21D contra radicales secesionistas y el Gobierno central y el autonómico se hicieron fotos muy sonrientes ellos como si todo se fuera a arreglar.
Pero es todo una fachada. Pedro Sánchez ha dejando abandonados, como antes otros presidentes del Gobierno, a los constitucionalistas catalanes dando a los separatistas todas las victorias simbólicas que han querido.
Primero de todo, Sánchez, que no olvidemos representa a todos los españoles, se ha reunido, como si nada hubiera pasado, com Quim Torra, con el tipo que defendió la vía eslovena a la independencia, en la que hubo docenas de muertos. Por supuesto, con el lazo amarillo en la solapa.
Repetimos: Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, ha aceptado reunirse y fotografiarse con Quim Torra, que defiende que mueran catalanes en un conflicto civil como el de Eslovenia. Sánchez está en Madrid y rodeado de policías. Los catalanes no separatistas que sufren a diario acoso de los radicales no viven a 600 kilómetros y no tienen escolta. Es una pequeña diferencia.
Hay una teoría bastante difundida entre los «terceras vías» catalanes, entre ellos muchos del PSC, que aseguran que hay que desinflamar la situación política catalana para rebajar el souflé secesionista. Vamos, la teoría del ibuprofeno. Pero «desinflamar» consiste en rebajar la tensión por las dos partes, separatistas y Gobierno de España. Veamos lo que ha pasado en las últimas horas:
- Las juventudes de la CUP han atacado más de una docena de sedes del PSC.
- Los autodenominados CDRs han cortado docenas de carreteras.
- Torra no ha dimitido por defender la violencia, y un conflicto civil, para conseguir la secesión de Cataluña.
- En las fotos con miembros del Gobierno los consejeros de la Generalitat presentes han llevado su lacito amarillo, o símbolos similares, en la solapa. Recordemos que el lazo amarillo significa acusar a España de ser una una semidictadura en la que hay presos políticos. Sánchez ha permitido esa foto, y los miembros del Govern no han querido «desinflamar» teniendo el detalle de ir a la reunión sin sus lazos amarillos.
- TV3 ha dedicado sus programas de humor para calentar el ambiente e incitar a los catalanes a manifestarse el 21D. Una televisión que pagamos todos.
- PDeCAT, ERC y CUP abandonaron, este mismo viernes, el pleno municipal de Barcelona, para apoyar las manifestaciones del 21D contra la presencia del Consejo de Ministros. Un gesto ‘amigable’ más del separatismo.
- El presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), dijo que «celebrar un Consejo de Ministros en Barcelona es una irresponsabilidad”. Como si Cataluña no fuera España.
- Moncloa borró del comunicado conjunto tras la reunión Gobierno central-Govern una mención a la Constitución que la Generalitat no aceptaba. Como si la Constitución no fuera nuestro marco jurídico.
Ninguna cesión, ningún «gesto», por parte del separatismo. Todos los «gestos» han venido del mismo lado, del Gobierno de España. Esto no es «desinflamar», esto es rendirse y dejar abandonados a los millones de catalanes que se sienten españoles. Que nos sentimos españoles. Y a los millones de españoles que quieren que Cataluña siga formando parte de su país, España.
La frase «diálogo dentro de la ley» no tiene sentido con unos gobernantes separatistas que han demostrado su nulo respeto a las leyes. Comenzando por los lazos amarillos que llevan en la solapa, su connivencia con los CDRs, su desprecio por la Constitución. Han de pedir perdón por saltarse las leyes, asumir sus culpas y dejar de insultar y acosar a los catalanes no separatistas. Cosas que no han hecho.
No dudamos de las buenas intenciones de Pedro Sánchez, que aún está a tiempo de rectificar. Si no, los catalanes constitucionalistas tomaremos nota. Hay otros partidos que sí están dispuestos a defendernos y evitar que seamos convertidos en extranjeros en nuestra tierra, en ciudadanos de segunda.
No podemos entender esta actitud cuando el PSOE ha sido el partido que más ha contribuido a crear nuestro actual marco de convivencia, constitucional y legal, dado que ha sido la formación que más años ha gobernado España desde la restauración democrática.
Esperemos que Sánchez rectifique en su actitud hacia los totalitarios que gobiernan Cataluña y que podamos seguir considerando al PSC y al PSOE dos partidos de los «nuestros», dos partidos que defienden a un país democrático, España, frente a los encapuchados totalitarios que quieren imponer una semidictadura nacionalista en Cataluña.
Ese es el camino para ganar las elecciones generales, y no el confiar en pactar de nuevo con las formaciones que solo desean dinamitar España.
Así lo deseamos y confiamos en los muchos socialistas que creen que se ha de defender Cataluña del separatismo logren convencer a sus compañeros del Gobierno, y así enmienden su grave error.
Si no es así, lo que pasó en Andalucía se repetirá en otras partes de España. Y en España entera.
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