Ante todo avisar de algo que buena parte de los murcianos ya conocen: que el restaurante ‘El churra’ (Obispo Sáncho Dávila, 8. Murcia) no es nada barato, pero se come más que bien. Mi experiencia fue muy agradable, el servicio fue muy atento y nos pusieron todas las facilidades habidas y por haber ya que íbamos con una perrita, y al ser un día entre semana pudieron encontrar una solución.
De entrante, el tomate aliñado con bonito, aceitunas y piparras, espectacular. Sabroso y daba para dejarse media ración de pan mojando (si es que les gusta mojar), con un aceite de oliva buenísimo que a los precios que está el oro liquido, se agradecía mucho. Las gambas con gabardina — no recuerdo la denominación que usan en Murcia — ricas y un canelón de cabrito y pollo más que sabroso.
Las chuletitas de cabrito fritas con ajos tiernos y patatas a lo pobre, espectaculares. Y los pies de cerdo en salsa, también, aunque quizás le faltaba un punto más de cocción. De postre, una tarta de queso espectacular y el típico paparajote, que nunca había probado y que deseaba hacerlo.
Son hojas de limonero recubiertas con una masa elaborada básicamente con harina, leche y huevo que se fríen y se espolvorean con azúcar en polvo y canela. No hay que olvidar el detalle final de encontrar kits dentales en el aseo a disposición de los clientes no se ofrece en restaurantes de mucho más abolengo y facturas más caras.
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