
El castellano es el segundo idioma más utilizado en el mundo, es una realidad que molesta a los independentistas cuya obsesión es arrinconarlo en Cataluña.
Tenemos un sinfín de ejemplos, y podríamos escribir un montón de libros explicando los casos que suceden a diario en la comunidad autónoma catalana.
Hoy os traemos una caso que han denunciado los amigos de Dolça Catalunya y que nos lleva hasta la ciudad costera de Cadaqués, donde el gobierno local ha decidido despreciar al castellano de sus indicaciones sobre el COVID-19.
En el caso de la ciudad gerundense que nos ocupa los carteles pueden leerse en catalán, inglés o francés, pero ni palabra del castellano. Es odio lingüístico.
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