ACPE nos ha remitido el siguiente escrito y la imagen que la acompaña, que publicamos a continuación:
«Si creíamos que en democracia el respeto al que no piensa como nosotros había de ser norma fundamental sobre la que basar el progreso, el crecimiento y la convivencia, nos equivocábamos. Desde hace más de cuarenta años, En Cataluña, esa norma básica se iba minando con tal sutileza que, llegados a 2021, es palpable que el nacionalismo excluyente y xenófobo ha llegado hasta la superficie de todas y cada una de las instituciones públicas.
El último affaire ha sido el de negar la vacuna contra el COVID-19 a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado destinadas en Cataluña. Cual expiación impuesta por la terrible inquisición sueca, el Gobierno de la Generalidad, “castigaba” a los agentes con una penitencia que ha tenido que ser suprimida por la judicatura.
Hace unos días, concretamente el 29 de abril, una socia de ACPE, Catalunya por España, fue testigo de una vergonzante e inmoral situación en la Corporación Fisiogestión San Martí, situada en el barrio de Sant Martí de Barcelona, empresa contratada por la Consejería de Salud de la Generalidad para llevar a cabo programas de rehabilitación médica. Nuestra colaboradora presenció, junto con otros pacientes en espera, la conversación “en corrillo” de tres profesionales de la sanidad con unos pacientes. Consideraban que la Generalidad debía negar la vacuna a la Policía Nacional y a la Guardia Civil y, en todo caso, los agentes debían pagarse ellos mismos las vacunas. Consuelo se atrevió, después de escuchar esos comentarios que rezumaban odio, a reprender a los profesionales argumentando que el centro no era lugar, y menos en horas de trabajo, para incrementar odios, que había mucha gente oyendo lo que decían. Los sanitarios argumentaron que se trataba de una conversación privada y no tenía por qué intervenir.
Evidentemente no era una conversación privada si todos la estaban oyendo y, por otro lado, ¿tenemos que callar cuándo se alientan conductas que atacan los derechos individuales y colectivos de un sector de la población que ha sido discriminado por las razones antes expuestas? No, ni debemos callar, ni lo hacemos. La mayoría silenciosa, ya no lo es y, situaciones de este tipo serán denunciadas siempre.
Denunciamos a “CORPORACIÓN FISIOGESTIÓN” por no asegurarse de la calidad humana de sus profesionales o, mínimamente, advertirles de que los centros públicos, o sufragados con el dinero de todos, no deben ser contaminados con la hispanofobia reinante en ciertos círculos de Cataluña. Creo que los españoles catalanes, que pagamos impuestos y hemos trabajado por el crecimiento de la Comunidad, nos lo hemos ganado y por eso lo exigimos.
Esperamos que la empresa tome las medidas pertinentes a través de los medios o poniéndose en contacto con nosotros».
Berta Romera. ACPE, Catalunya Por España
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
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