
Anna Grau es periodista, escritora y forma parte del consejo asesor de Societat Civil Catalana, entidad que ha apoyado su último trabajo, ‘Girona’ (Ediciones Hildy), la traducción al catalán del ‘Episodio Nacional’ que Benito Pérez Galdós dedicó al sitio que esta ciudad sufrió en 1809 por parte de las tropas francesas. El libro (se puede comprar en este enlace de Amazon) se presenta el próximo viernes 26 de junio en la Casa de Cultura (plaça de l’Hospital, 6) de la capital gerundense a las 19:00. Esta obra cuenta con comentarios de Grau, además de un prólogo de Andrea Levy y un epílogo de Albert Soler.
¿Qué ha pasado para que una Gerona leal con el resto de España, que resistió hasta el final para defender el país en 1809, sea en el 2020 la punta de lanza del movimiento separatista?
Lo que ha pasado es una gran mentira. Cataluña es ahora mismo la Zona Cero de la posverdad (de la reinvención de la realidad) en toda España, y Girona es la Zona Cero de esa Zona Cero. No siempre estar obsesionado con la propia Historia equivale a conocerla de verdad. Yo confieso mi ignorancia de lo que realmente ocurrió en Girona en 1809 hasta que leí la espléndida y conmovedora novela de Galdós. Que se haya intentado arrinconar y olvidar lo dice todo: no somos lo que creemos ser o nos han dicho que somos… ¡Somos mucho más y mucho mejores! El ‘Procés’ es el discurso del miedo. Quitas el miedo y te queda una Cataluña heroica, española y, sobre todo, real.
¿Qué pretendías con la traducción al catalán de esta obra de Benito Pérez Galdós?
Hacer justicia a la memoria pero sobre todo a la emoción que me embargó al leerla. A un inmenso orgullo común que me, nos, habían intentado escamotear.
¿Qué lecciones podría extraer Carles Puigdemont si leyera el libro?
No hay más ciego que el que no quiere ver ni mayor tonto que el que no quiere aprender. Me parece genial que el señor Puigdemont trate de adaptar la Historia y la realidad de Cataluña a sus muy limitadas posibilidades personales. Pero es que hay una Girona y una Cataluña real que le vienen venturosamente grandes…
Tú vas comentando la obra, y estableces paralelismos con la Cataluña actual, incluso con la pandemia sanitaria. ¿Cuál es la mayor semejanza, y la mayor diferencia que has encontrado?
El paralelismo más inquietante: cuando Galdós concibió su obra, España atravesaba una verdadera crisis de élites. Una espantosa hemorragia de autoridad. Sólo las virtudes del pueblo llano compensaban las barbaridades y miserias de sus gobernantes. Me temo que hoy estamos un poco o un mucho en las mismas… Cuando antes nos demos cuenta, antes podremos reaccionar.
El segundo paralelismo a la vez inquietante y emocionante: Galdós es de una modernidad que apabulla. Pone un médico en el centro de la acción. Contrapesa el romanticismo del heroísmo a toda costa con la humanidad de la compasión hacia los vulnerables. Advierte, con siglos de antelación, que sanar es más heroico y más necesario que matar…
También nos advierte del peligro de los demonios que subyacen en todos nosotros, y que pueden emerger en cualquier momento, cuando fallan la cohesión y la ética colectivas.
…Y por si fuera poco, advierte contra el peligro de blanquear los imperialismos, da igual lo carismáticos que sean, y reclama a gritos una ONU años antes de que del concepto mismo se inventara.
De verdad; ¿quién da más?
La novela es dura. ¿Qué has aprendido mientras la traducías?
A respetar y comprender a los que han sufrido más que nosotros. Y a tratar de estar a la altura. Es curioso que los verdaderos héroes sean, por lo general, los que menos alardean de serlo…

Has escogido a Andrea Levy y Albert Soler como compañeros de viaje, y han aportado dos escritos al texto final. ¿Por qué?
Andrea Levy es una catalana de Madrid o una madrileña de Cataluña, tanto monta, monta tanto: ‘catileña’ la llamo yo. Sabía que ella percibiría la importancia de esta historia lo mismo en Girona que en Madrid, que sería capaz de trazar una especie de puente aéreo…Además era una manera de compensar al bueno de don Benito por el hecho de que el confinamiento nos haya privado de celebrar su centenario, el Año Galdós, como Dios manda. Sé de buena tinta que en Madrid se había trabajado mucho y bien para honrar la vida y la obra de este gran autor, probablemente el mejor novelista español después de Cervantes. Andrea Levy es la representante institucional, personal y emocional de todo esto. Y su prólogo es emocionante y cojonudo. Que sea además en castellano (el único texto en castellano de un libro todo él en catalán) es además una declaración de intenciones. Aquí somos bilingües, le pese a quien le pese…
Albert Soler: ¿qué decir de este genio de la tierra, de este Julio Camba de Gerona? Sabía que él aportaría la última vuelta de tuerca de inteligencia y de pluralidad (de hecho, no se corta en autodeclararse afrancesado…), y esa es también la medida de la grandeza de la Girona, la Cataluña y la España que pretendemos.
¿Por qué recomendarías a un independentista que leyera el libro?
Para que entienda que mucho le han engañado y le engañan, según el indepedentista que sea… o para que deje de engañar si es del tipo siniestro y llepasubvens, como dicen los de Dolça Catalunya. Ah, Pilar Rahola, si lees esto: las manos quietas, ¿vale? No intentes plagiar a don Benito que se va a notar…
¿Y a un catalán no secesionista?
Para que disfrute del placer de la buena literatura y para que empiece a intuir que no está, no estamos solos…
¿Qué ‘Episodio Nacional’ le podría haber dedicado Galdós a un personaje como Quim Torra?
Galdós era muy fino. Diferenciaba perfectamente entre revoluciones verdaderas y levantamientos populares nobles y entre la chusma en armas, usando al pueblo de escudo humano. Recomiendo encarecidamente la lectura del ‘Episodio’ donde se aúnan el motín de Aranjuez del 19 de marzo de 1808 y el Dos de Mayo de ese mismo año. El Dos de Mayo es una explosión de innata gallardía. Lo otro, lo de Aranjuez, es lo más parecido a la abyección institucionalizada del ‘Procés’… Quim Torra habría estado estupendo de palafrenero o de mozo de cuadra (ni siquiera de esquadra) tomando al asalto el palacio de Godoy en Aranjuez. Para robarse las alfombras más que nada. Por cierto: ¿hay manera de impugnar que se haya subido el sueldo estando inhabilitado? Es que…
En la presentación intervendrán el historiador Jordi Canal, la presidenta de Societat Civil Catalana en Girona, Elda Mata; el periodista Albert Soler, y nosotros dos. ¿Esperas que Marta Madrenas, la alcaldesa de la ciudad, esté en primera fila?
Marta Madrenas, sucesora de Puigdemont en la alcaldía de Girona, tomó la decisión de arrancar las letras de la plaza de la Constitución, echar cemento encima y rebautizar la plaza como plaza del Primero de Octubre. Por cierto, ¿saben los indepes que el Primero de Octubre ha sido muchos años celebrado en España como la fecha en que Franco accedió “oficialmente” a la jefatura del Estado? Todos estos habrían sido, son, de hecho, franquistas niquelados…
Ya que hablamos del ayuntamiento, ¿ha organizado algo pensando que el 2020 es el “Año Galdós”, con motivo del centenario de su muerte?
Si hablamos del Ayuntamiento de Girona, mucho me temo que mejor no dar ideas, podría ser peor el remedio que el centenario.
Por Sergio Fidalgo
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