El grupo de Vox nos trae hoy aquí una moción que pone el grito en el cielo por el desastroso estado de la educación catalana, hecho indigente e indignante. Indignarse está bien, hacer mociones sobre el tema está bien. Por desgracia no sirve de gran cosa si no cogemos el toro por los cuernos en vez de mirarlo embestir desde la barrera. Se ha visto sin ir mas lejos en Baleares. De poco ha servido que PP y Vox, Vox y el PP, gobiernen, y prometan acabar con el atropello de los derechos de las familias a recibir enseñanza en español, si luego de dan de bruces pasivamente con un entramado de leyes inconstitucionales e injustas que perpetúan este estado de cosas. Y a otra cosa mariposa.
Ciudadanos hace mucho tiempo que viene avisando del peligro de permitir que los enemigos de la libertad y de la educación nos impongan por 4 votos o por 7 sus leyes abusivas, torticeras, llenas de mala fe. Leyes que suelen llevar la firma de partidos separatistas. Pero no sólo de ellos. La ley catalana de Educación que ahora sufrimos, y que explica muchos de los problemas que tenemos, se aprobo siendo president de la generalitat José Montilla.
Voy a compartir con ustedes algunas de las reflexiones que en aquel momento, y hablamos de los años 2009 y 2010, hizo desde esta misma tribuna el diputado de Ciutadans Antonio Robles.
“Hoy se aprobará una ley para garantizar privilegios a unos catalanes y despojar de derechos a otros. No será una ley de Educación ni de Cataluña, sólo será una ley de adoctrinamiento para formar en el espíritu nacionalista a las generaciones venideras”
“Es evidente que no es una ley de Educacioón: lo dejó bien claro la experta sueca Inger Ekvist: he leído la propuesta de ley, y su texto no corresponde con las inquietudes de la educación catalana ni con el aumento de la calidad del aprendizaje de los alumnos, sino con el control y la coerción de los adultos, es decir, de los profesores. Me falta entusiasmo por el conocimiento y me sobra intencion de controlar”
“Sobre todo hay un título entero, el de régimen lingüístico, que parte en dos a la sociedad catalana”
“Primer objetivo: blindar la inmersión y legislar la exclusión cultural. Nunca antes una ley había mangoneado la autonomía de este Parlament forzando plazos y sacrificando la excelencia de su contenido como en esta ley de Educación de Cataluña”
“¿Por qué? Porque era necesario invalidar las cuatro sentencias judiciales que obligaban al gobierno del señor Montilla a impartir la tercera hora de castellano; que obligaban al señor Montilla a respetar la lengua materna de los niños en las actividades de acogida matinal en las escuelas públicas y que obligaban al señor Montilla a disponer de instancias de preinscripción escolar con casillas donde los padres pudieran escoger la lengua vehicular en que querían que sus hijos realizaran la primera enseñanza”
“Para evitar cumplir tales sentencias, que dejan al descubierto la ilegalidad y el abuso de la política lingüística del tripartito, el gobierno del señor Montilla piensa en un decreto, pero no le sirve. ¿Por qué? Porque no evita las sentencias de los tribunales de Justicia, ya que las leyes orgánicas del Estado tienen mas rango. Conclusión: hacemos una ley de Educación que evite las sentencias de los tribunales y las leyes orgánicas del Estado; así al menos lo pretenden asentar sobre el artículo 110 del Estatut, que señala que las leyes aprobadas por el Parlament de Cataluña tendrán siempre primacía sobre las del Congreso en materia de competencias exclusivas. Otra cosa es que finalmente esto pase al Constitucional”
“A eso se ha reducido su precipitación en aprobar la LEC, ya que de entrada el próximo curso, sin ella, obligaría al gobierno de la Generalitat a acatar el mandato de los tribunales inexorablemente. Así, con la ley aprobada, ganan tiempo para pleitear y esquivar las sentencias. Bonito ejemplo para morosos y delincuentes. Si el gobierno de la Generalitat no cumple las sentencias, ¿por qué habrían de cumplirlas ellos?”
¿Les suena? ¿Quién diría que estas palabras, terribles y proféticas, se pronunciaron en este Parlament hace ya casi tres lustros?
O más bien decíamos ayer, como decía Antonio Robles:
“Al final lo que destila la ley es una voluntad segregacionista mal disimulada y peor justificada. pero este segregacionismo no es sólo imputable a ERC, ni a CiU (eran los tiempos de CiU…) solo, ni al honorable presidente de la Generalitat, nacido en Córdoba: es responsabilidad de la sociedad catalana entera. Ha habido tiempo y ocasión para que cada uno de los catalanes se diera cuenta de todo lo que se estaba haciendo con la lengua y con qué intereses. ¿Es que acaso no saben lo que pasa en Cataluña profesores universitarios, intelectuales y escritores, abogados y médicos, maestros, funcionarios de la Generalitat, directores de cine, feministas, sindicatos, curas, sociólogos, encuestadores, etc? ¿Acaso los periodistas ignoran lo que se cuece, por que se cuece y para que se cuece? Ya no es posible seguir engañándose. Como en la Cataluña franquista de los años cuarenta, aquí hay demasiada gente que es cómplice, y su silencio, culpable”.
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