La persecución política contra Xavier García Albiol por parte de una oposición que no sabe aceptar el apoyo vecinal al líder popular ha cerrado un nuevo capítulo. La Justicia ha absuelto al alcalde de Badalona de la acusación – puramente política – de prevaricación por la instalación de unas antenas de telefonía móvil. Como si el máximo edil de una ciudad de más de 200.000 habitantes tuviera que conocer hasta ese detalle.
La denuncia era un puro disparate que solo buscaba desgastar la imagen de Albiol para que no consiguiera mayoría absoluta. La maniobra política no ha servido para nada y el alcalde ha visto reafirmada su inocencia. La izquierda y el separatismo que denuncia ‘lawfare’ y politización de la justicia es maestra a la hora de retorcer la legalidad para destrozar a los rivales políticos.
Albiol ha arrasado en Badalona porque, en vez de dedicarse al juego sucio en el que sus oponentes son unos maestros, se ha dedicado a ofrecer propuestas que han convencido a una mayoría de los vecinos de esta ciudad. Al alcalde popular se le ha de confrontar con otras propuestas que puedan seducir a los badaloneses, no con maniobras de baja estofa.
Badalona es una ciudad con múltiples carencias tras ser gobernada por una fanática perteneciente al sector más radical del separatismo y por dos alcaldes socialistas que se han apoyado en todos los partidos secesionistas con representación municipal. Dejaron una ciudad asolada por delincuentes y okupas. Ahora es el momento de Albiol, y han de dejarle trabajar.
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