Los recientemente aprobados presupuestos de la Generalidad son altamente nocivos para la sociedad catalana porque aumentan el fanatismo que los radicales independentistas intentan imponer a las bravas. Las partidas dedicadas a las entidades que persiguen a la lengua española en Cataluña aumentan, igual que el dinero para TV3 y Catalunya Ràdio o las propagandísticas embajadas separatistas en el exterior.
La propaganda independentista contará con más recursos gracias al PSC y a los comunes, que han garantizado que la maquinaria del rencor que alimenta el separatismo esté mejor engrasada. Cada nuevo “puta España”, cada nueva ofensa a las instituciones comunes a todos los españoles que se vierta en TV3 o Catalunya Ràdio habrá que achacarla a la voluntad de socialistas y comunes, que han decidido ser cómplices de una Esquerra que sigue siendo una banda de fanáticos.
Con la falsa excusa de que estos presupuestos son más “sociales” estos dos partidos, que presumen de ser muy “progresistas” se han dedicado a alimentar el tribalismo de Esquerra Republicana, un partido supremacista dirigido por alguien como Oriol Junqueras que presume de las diferencias genéticas que hay entre catalanes y el resto de españoles.
Después del golpe de Estado de 2017 no se puede decir que socialistas y comunes no sepan lo que están alimentando: lo saben perfectamente y han decidido ser cómplices de la Esquerra del “ho tornarem a fer”. Es su opción y también será la nuestra el recordarles cada día lo que han hecho. Salvador Illa no es la alternativa a Oriol Junqueras o Pere Aragonès, es su socio.
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