Javier Nart es todo un personaje; un tipo justiciero y entrañable. Jurista, reportero de guerra, periodista, eurodiputado. Sus memorias Nunca la nada fue tanto, evidencian que escribe como habla; con intensidad y elocuencia, con veracidad. Hoy, 21 de febrero, presenta como ponente una Recomendación en la Cámara Europea. Ha logrado el consenso de la gran mayoría de diputados y ha incluido 283 enmiendas. El Parlamento Europeo carece de iniciativa legislativa, si bien le corresponde votar las leyes que le presente la Comisión. Pero puede presentar recomendaciones para legislar.
Esta recomendación trata de cortar con la mayor eficacia y pragmatismo la fuente de ingresos del terrorismo que se denomina yihadista; venta de petróleo, brutales saqueos y extorsiones, venta de arte, oro y piedras preciosas, donaciones. Es fundamental disponer de un centro de datos unificado y establecer una plataforma de servicios de inteligencia estable y sin estructura burocratizada. El terrorismo emplea ahora una microfinanciación y hay que controlar sin tapujos el trazado de los movimientos de dinero. Javier Nart sostiene que ante el terrorismo no caben actitudes sectarias ni partidistas, sino unidad y decencia social. Nart es un hombre con ideas claras y las transmite muy bien.
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