El transporte público, sobre todo en las grandes ciudades de nuestro pais, está cargando con el sambenito de poner en peligro la salud de sus ocupantes, sobre todo cuando se difunden imágenes de más aglomeraciones, sobre todo en el Metro, algo sin embargo que según los datos oficiales no se traduce en contagios.
Los datos aseguran que el índice de transmisión del virus en el transporte público es muy bajo. Pero las autoridades sanitarias recomiendan, por precaución, que en momentos de máxima aglomeración llevar siempre la mascarilla correctamente puesta, no comer y mantener silencio para evitar posible contagios de COVID-19.
María Cruz Minguillón, investigadora en aerosoles atmosféricos del CSIC, consideraba el pasado fin de semana en la emisora radiofónica RAC1 que “sería ideal indicar en el metro que se guarde silencio siempre. Si se habla por el móvil en un tono alto, por el ruido de fondo del metro, se emiten 50 veces más aerosoles”.
Según los datos aportados por los operadores de transporte público en la capital catalana, los sistemas de ventilación existentes y mejorados durante los últimos meses permiten renovar todo el aire del interior de un vagón del metro de Barcelona cada 2,5 minutos. Hay que mantener la precaución, pero tampoco se ha de temer usarlo si es necesario.
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