Para ‘desinflamar’ el conflicto separatista en Cataluña lo que hay que hacer es exigir a los partidos nacionalistas, de una vez por todas, que no se crean superiores y acepten que son como los demás españoles. Y que tienen los mismos derechos y obligaciones que cualquier ciudadano del resto del país.
Todo lo demás son cesiones sin sentido que alimentan sus continuas reivindicaciones, porque se creen que pertenecen a una casta superior que puede evitar cumplir las leyes que rigen para los demás mortales. Y el problema es que el Gobierno de España les apoya.
Cuando consigamos que el separatismo deje de ser un negocio para los aprovechados que simplemente quieren jugar siempre con ventaja ese día España habrá dado un gran paso para convertirse en una de las mejores democracias del mundo.
Y es que por culpa del separatismo, sus aliados populistas y de Pedro Sánchez somos un país medio fallido por culpa de la rendición ante unos dirigentes fanáticos y tribales que desprecian a los que no piensan como ellos. Por eso toca manifestarse el próximo sábado, 21 de enero, en Madrid (Cibeles 12:00). Y el 22 de enero, domingo, en Barcelona (Pl. de Sant Jaume 12:00).
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