Buena parte de los educadores y trabajadores de los centros de acogida de menores catalanes, que tutelan a cerca de nueve mil niños y jóvenes, están angustiados ante la falta de medios de protección facilitados por la Generalitat.
En un reportaje de los servicios informativos de TV3 emitido hace unos días diversos educadores sociales mostraban su desazón, y denunciaban «agresiones» y «angustia» por el confinamiento y que «se han sentido muy solos»
También denunciaron la falta de material de protección, y lo hicieron sin que les viera la cara por miedo a «represalias» por parte de la administración o de los centros, y perder su trabajo. Este sector depende del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, que la dirige el ‘conseller’ Chakir El Homrani (ERC).
En la edición del viernes del programa de El Toro TV ‘El gato al agua’, que presenta Javier Esparza, el director de elCatalán.es, Sergio Fidalgo, explicó la problemática tras contrastarlo con fuentes del sector.
A la precariedad de la condiciones de trabajo de parte del personal de estos centros se une que en la mayoría de los centros los trabajadores entran y salen al finalizar su jornada de trabajo, sin protección, y tienen miedo de contagiar el coronavirus a sus familiares.
Hay educadores, que ante la falta de personal de cocina, han de preparar y servir la comida a los chavales, a veces sin poder respetar la distancia de seguridad. «Además, con los menores hay que jugar, hacerles caso, y es difícil, por no decir imposible, respetar el metro y medio con ellos cuando necesitan atención. Y no tenemos protección de ningún tipo», contó un profesional del sector a este medio.
El confinamiento está generando tensiones, dado que muchos son menores problemáticos, y cuando hay conflictos no pueden salir a tranquilizarse, por lo que algunos centros se están convirtiendo en auténticas ollas a presión.
«La DGAIA [Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia] está rezando para que no se extienda el virus en los centros, porque no tienen los medios para afrontar una crisis de tal magnitud», relataron fuentes del sector a elCatalán.es.
Precisamente fue este organismo dependiente de la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales el primer ente de la Generalitat que pidió oficialmente ayuda a la Unidad Militar de Emergencias. Fue para desinfectar el centro de menores ‘La Dida’ en la localidad barcelonesa de Badalona. La limpieza se llevó a cabo el pasado 28 de marzo.
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