Los políticos separatistas viven en una realidad paralela, y lo que es peor, están abocando a Cataluña a una situación ingobernable e insostenible.
A la presidenta del Parlament se le agotan los días para retirar el escaño a Pau Juvillà, diputado de la CUP y secretario tercero de la cámara catalana. Y la última ocurrencia que han tenido los independentistas es paralizar toda la actividad parlamentaria durante 15 días.
Durante toda la mañana los partidos separatistas están acordando una estrategia conjunta para llevar a cabo esta parálisis parlamentaria, pero al final las intenciones de Laura Borràs se han quedado en una recomendación de frenar la actividad habitual de la Cámara en defensa del escaño de Juvillà tras la orden de la Junta Electoral Central de retirárselo.
Los letrados de la cámara advirtieron a Borràs de posibles consecuencias judiciales si pretendía acogerse al artículo 37 (el que dicta las funciones de la Mesa de la cámara) para suspender la agenda prevista del Parlament.
Esto ha generado lío en la Mesa, y el PSC ha mostrado su malestar y al final los partidos separatistas instarán a que las comisiones no se celebren, o bien porque al inicio de la sesión falten diputados o porque se consensue entre las mesas si las presiden diputados separatistas.
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