Fernando Sánchez Dragó ha escrito casi cincuenta libros, además de ensayos, artículos, y ha recibido premios como el Nacional de Literatura o el Planeta. Ha sido profesor de Literatura en trece universidades de Europa, Asia, América y África, y trabajado en todos los medios de comunicación: prensa, radio y televisión. En este último medio, y en Telemadrid, incluso presentó un telediario. Su nombre suele ir asociado a la polémica, algo consustancial al que “va por libre”, aunque él asegura que no pretende provocarla. Su último libro fue “Galgo corredor. Los años guerreros” (que recoge sus memorias desde 1959 hasta el 64), y está en stand-by el tercer volumen, correspondiente a “Los años viajeros”. Ahora se centra en escribir un libro, del que no quiere desvelar nada, porque- afirma- “si lo hago todo se desvanece”. Dice que le gustan los viajes, las mujeres, los gatos, la lectura, el silencio, la soledad y el peligro. A sus 84 años, con un hijo de 8 años, y una novia de 28, capea la pandemia en su domicilio madrileño…
¿Cómo enjuicia los episodios de violencia en los actos de Vox que han acaparado la actualidad de los últimos días?
Pues primero que Vox es un partido conservador, pacífico, con gente instruida y educada. Y se encuentra en las antípodas de Podemos: partido que genera e incita a la violencia, y además que se cree que la calle es suya. Lo que ellos denominan “grupos antifascistas” tiene similitudes fonéticas y formales, con los grupos fascistas que en Italia atacaban a los comunistas al grito de “¡A morte comunisti!”… Podemos es un movimiento neofascista, que recurre a la vieja táctica de adjudicar al adversario sus propios defectos. Respecto a esa violencia que han protagonizado, me molesta la indolencia del Ministerio del Interior, y de algunos medios de comunicación que no condenan, o que incluso justifican.
¿Qué opinión le merece Pablo Iglesias?
Es un obseso del poder, que se empeña en conseguir titulares cada día diciendo sandeces, y no creo que eso le permita obtener buenos resultados en las elecciones a la Comunidad de Madrid.
¿Se atreve a aventurar un pronóstico ante esos comicios?
Yo creo que ganará el bloque de la derecha, pero mi corazón se reparte, no sé si es mejor votar a Vox, a Ciudadanos o al PP. Yo diría que “se vote a Vox”, porque entonces sumaría el bloque conservador pero… Serán unas elecciones cruciales para el futuro, no sólo de Madrid, sino de nuestro país y en todos los terrenos: social, político, sanitario. Tengo un excelente concepto de Isabel Díaz Ayuso: posee frescura, vigor, popularidad, cae bien…
Volviendo a la violencia en la calle, hay quien dice que recuerda a la polarización que se vivía en el 36.
Es indudable que esa izquierda extremista ha generado un clima de odio y crispación, que nos recuerda esa España ingrata a la que usted aludía. Los que engendran la violencia confunden el sacrosanto ejercicio de la libertad de expresión, con “la libertad de agresión”. Ocurrió, además de Madrid, en Barcelona, a raíz del encarcelamiento de Hasél: un tipo que sólo decía barbaridades…
Sospecho que no tiene muy buen concepto de Pedro Sánchez…
Acierta: es un tipo cuyo único norte es la consecución del poder, y encarna a una izquierda que ha perdido su referencia histórica de la bandera de “libertad, igualdad y fraternidad”. Y se ha tenido que agarrar a otras banderas demagógicas, como son las de “el feminismo, el cambio climático”, y otras cuestiones ajenas al interés de la gente. En comparación con los anteriores, y fruto de la mediocridad imperante en la clase política, puede que haya sido el peor presidente… Creo que, la propia Ayuso podría ser una buena presidenta del Gobierno.
¿Cómo cree que está gestionando el Gobierno la pandemia?
Se ha convertido en algo así como la película de “El camarote de los hermanos Marx”: un cúmulo de contradicciones y rectificaciones, pareja a la falta de criterio que sigue la Unión Europea. Se está viendo estos días con la disparidad de opiniones ante la vacuna de AstraZeneca: un día sirve, otro nos dicen que sólo para las personas entre 60 y 65 años. Todo a expensas de lo que diga la Agencia Española del Medicamento. Y se rechaza la Sputnik, no porque sea mala, sino por el hecho de no haberse fabricado en Europa. ¡Pues que se ponga ese detalle en el prospecto!
En los medios de comunicación, especialmente la televisión, se pone énfasis en el incumplimiento de las normas…
Las medidas dictadas por las autoridades sanitarias, trasladadas a los políticos que mandan, no me parecen mal… En todo caso cuestionables, y algunas- por demasiado teóricas- inaplicables. Y si no van acompañadas de instrumentos de coerción, son un brindis al sol…
Apocalipsis
¿Usted se ha vacunado?
Sí, hace una semana me pusieron la segunda dosis de Pfizer, y no he tenido ninguna reacción. Creo que vacunarse es la solución más lógica, ante esta tremenda y peligrosa pandemia que atenaza a todo el planeta.
Ahora la muerte está en todo momento presente: en las conversaciones, las noticias de televisión…
En efecto: la muerte había sido expulsada de la sociedad y ha regresado tumultuosamente… A la muerte hay que tenerle respeto, pero no miedo. Y esto se lo dice una persona de 84 años…
¿Ve una solución, más o menos cercana a todo esto?
Yo soy desde joven apocalíptico, y creo que nos estamos acercando al fin del mundo, a la extinción del homo sapiens. Los virus son más rápidos, poderosos, e incluso inteligentes que los humanos, y existe una batalla cósmica entre ambos bandos. Mi pronóstico es totalmente negro.
Volviendo a los temas mundanos, quería preguntarle por Cataluña, donde no se ha podido formar gobierno.
¿Ah no?…No sé nada de lo que ocurre políticamente en Cataluña, no me interesa, esas cosas no son asuntos míos, me aburre la actualidad… Sé que existían los históricos Convergencia y Esquerra Republicana, pero fuera de eso hay un batiburrillo de siglas que desconozco, ni tampoco a los políticos catalanes… Los nacionalistas me suelen tachar de “anticatalanista” o “españolista” y no es así. Si repasa mis columnas de los últimos años, apenas me he pronunciado. Es cierto que escribí tres o cuatro artículos, cuando se produjeron los tristes acontecimientos del 2017, con la fuga de Puigdemont y todo lo demás, porque eso era llamativo.
Díganos, al menos, que le parece Ignacio Garriga: el candidato de Vox en los comicios catalanes, a cuyo líder nacional sí conoce bien…
Si le soy franco: he hablado con él dos o tres veces. Coincidimos en la presentación del libro que escribí sobre Santiago Abascal. Y me pareció un hombre correcto, educado, y simpático.
¿Añora algo, cuando viene a Barcelona, de lo que conoció hace muchos años? Dicen que existe fractura social en Cataluña.
Apenas he venido, si exceptuamos la presentación de alguno de mis libros y los Premios Planeta. La ciudad no tiene nada que ver con la que viví en los años setenta u ochenta. Ha ido decayendo, perdiendo su alma, y retrocediendo en aras de una cosa erróneamente llamada “progreso”, en lo urbanístico, arquitectónico y social. Me remito a lo que nos dijo Dalí a Luis Racionero y un servidor, en su casa de Port Lligat: “Dios es tan pequeño, que cabe en el puño de mi bastón”. Pues haciendo un paralelismo, todo lo que ocurre fuera de mis zapatos, cada vez me interesa menos…
-Esta es la última: ¿siente predilección por algún escritor catalán?
Imagino que se refiere a los que escriben en castellano (porque el catalán no lo entiendo)… Yo jamás hablo de escritores que están vivos: sólo de los muertos o extranjeros. Pero sí afirmo que respeto a todo el que en estos tiempos, se dedique a escribir, porque requiere un gran coraje.
Viajes.
Vamos a “hablar de su libro” ¿Para cuándo el que tiene entre manos?
No le puedo adelantar nada, porque se desactivaría y es un altísimo secreto (incluso para mis seres cercanos). Además, implica unos viajes a países como Grecia, Israel, etc, que no he podido realizar por las circunstancias sanitarias…
Hace un año dejó de escribir en el Mundo, fundó La Retaguardia… ¿Cómo ve el futuro del periodismo?
La prensa ha muerto. En las redacciones hay personas que no saben titular, ni escribir: se ponen detrás de un ordenador como burócratas, sin pisar la calle… Los periódicos son deficitarios, y los que se mantienen lo hacen al abrigo de las subvenciones.
Negro porvenir, pues.
¡Pésimo!. Internet se ha cargado el periodismo, y los ordenadores lo han rematado. Añada a eso, que se ha inventado el artilugio más mortífero que es el smartphone, o el “teléfono inteligente”. Los medios de comunicación están al servicio de las empresas y los gobiernos.
La columna, para el escritor, ¿es una atadura?
Es una frivolidad, una forma de supervivencia, y unas palabras escritas que pronto se las lleva el viento. Y la verdad, no les concedo ninguna importancia, ni me preocupo de la repercusión que tengan.
Usted ha hecho programas de televisión, aunque literarios.
Lo que yo he hecho no son programas de televisión, sino hablar con escritores, con plano secuencia, y ajeno a las reglas técnicas. Además, siempre he advertido antes de empezar: “Apaguen la tele y lean, que aprenderán mucho más que viendo este artilugio!”… Por otro lado, ahora sería impensable volver a presentar ese tipo de programas, puesto que la gente prácticamente no lee.
¿Y escucha la radio?. Alguna vez le he sintonizado en el programa de Luis Herrero, en esRadio a las 17.05.
Esa intervención es de cinco o diez minutos, y la radio no la escucho nunca… bueno, sólo cuando me ducho y con el agua, no la puedo sintonizar con nitidez. Sí que he hice programas de radio cuando existía el periodismo de verdad, eterno: en la RAI, en Japón, etcétera… Ahora prefiero no saltar al ruedo, pues cualquier cosa que digas se tergiversa o malinterpreta…
Siempre había renegado de Twitter, y ahora observo que sube comentarios en esa parcela de las redes.
Siempre he dicho que las redes son “La araña” o “El Salvaje Oeste”. Ocurre que durante la pandemia me aburría, y decidí aprovechar el impulso del enemigo (vieja táctica), como José Martí viajó a USA para conocer al enemigo. En el fondo, Twitter recoge lo que en otra época hacía Sócrates, que es practicar el género literario del aforismo, y en la Mesa de Atenas provocar con las opiniones.
Recibirá muchas discrepancias, o incluso insultos…
No me importa. A los que insultan no los bloqueo, sino silencio (cosa que les fastidia más)… Por otro lado, agradezco mucho más la crítica o el ataque, que el elogio fácil.
¿Escribe a mano o con ordenador?
Yo nunca he escrito a mano: desde los cuatro años me he desenvuelto con la vieja y eterna máquina de escribir, y ese hermoso sonido del tic-tac de las teclas, que encandilaba a mis hijos… Hoy en día no te puedes presentar a una editorial con un libro, como el último que escribí, de más de 600 páginas, escrito con máquina de escribir. Las circunstancias me han obligado a usar el ordenador.
Vitalidad
¿Cuál es el secreto de su vitalidad, a los 84 años?
Yo siempre he pensado que hay que cuidar de igual forma el cuerpo, y el alma. En cuanto a lo que usted llama “secreto”, se condensa en tres. Primero: la genética: cuidar la alimentación, hacer ejercicio…; segundo: el estilo de vida, ser vital y alegre… Y lo más importante, la actitud ante la vida: no jubilarte antes de tiempo, mantener el interés por las cosas, asumir riesgos…
Tiene un hijo de ocho años, ¿qué legado querría dejarle?
Escribí un libro, precisamente, dedicado a él: “Pacto de sangre”, para cuando sea mayor y pueda leerlo. Por ley de vida (yo lo tuve con 75 años), no tendrá padre hasta una edad avanzada, como ocurre habitualmente…
Siempre ha renegado del colegio en sus declaraciones.
Buenoooo, yo le llevo al colegio porque es obligatorio a su edad, al menos en España. Pero he procurado que sea un colegio que le permita escribir con lápiz, y donde no sea todo tecnología. Por otro lado, es la única forma de que se socialice, que haga amigos y amigas… Eso, en mi época lo encontrábamos en la calle, donde sólo pasaba un coche cada cuarto de hora.
¿Se está pervirtiendo el lenguaje?
¡Por supuesto!, y eso no sólo es culpa de los políticos, sino de los medios de comunicación (la televisión en especial), que han popularizado las muletillas, las frases hechas: “Las mascarillas ha venido para quedarse”, por ejemplo. Hay términos que detesto, especialmente “empoderamiento”. Si cambias el valor semántico de las palabras, conviertes a los ciudadanos en esclavos…
Tiene casa en Castilfrío (Soria) ¿no se aburre?
Al contrario: yo soy hombre de pueblo, no de ciudad. Ahora no puedo ir, debido a las restricciones perimetrales (otra palabreja), pero cuando sea posible, cogeré el coche e iré hacia allí (como hice el pasado verano). La verdad es que prácticamente no me he movido, desde que se declaró la pandemia. Y he cumplido rigurosamente las instrucciones sanitarias, como el utilizar la mascarilla (aunque tengo reservas en que sean de verdad tan eficaces)… ¡No quiero que me multen!
¿Cuáles son sus planes más inmediatos?
Hace mucho tiempo que no hago planes, mis planes son a lo sumo para los próximos cinco minutos. Hay que ir al hilo de la vida, como si montaras un caballo, y dependieras de él: cabalgas, te caes, prosigues… La vida no se planifica. Se vive.
Que le cunda bien…
Una entrevista de José R. Palomar.
NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí).
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.