El actual secretario general de la UGT catalana, Camil Ros, ha sido el gran hacedor del giro secesionista de este sindicato que comenzó Josep Maria Álvarez, apoyando el ‘dret a decidir’ y siguió con el soporte que dio el Consejo Nacional de este sindicato a la consulta ilegal del 1 de octubre. Recordemos que este organismo propuso entonces que sus afiliados “pudieran decidir libremente” su posición ante el 1-O, tanto en su participación como en el sentido de su voto.
Y Ros fue un habitual de las manifestaciones independentistas para pedir la libertad de los que el secesionismo llamaba “presos políticos”. Este sindicalista comenzó su carrera política en el sindicato universitario Bloc d’Estudiants Independentistes (BEI) y en las JERC, las juventudes de Esquerra Republicana, formación de la que fue secretario general en 1996.
Ahora busca aproximarse al PSC, y se está alejando de los postulados de ERC. En un reciente acto presidido por Salvador Illa, la presentación del libro ‘Socialdemocracia hispana’ (Ediciones Hildy), escrito por el histórico dirigente socialista Josep Maria Triginer, Camil Ros departió con buena parte de la cúpula de esta formación e incluso coqueteó, medio en broma, medio en serio, con la posibilidad de sacarse el carnet del PSC.
Los socialistas buscan recuperar el peso perdido en su sindicato histórico en los últimos años y Camil Ros sabe que su futuro al frente del mismo pasa por la aprobación de la actual cúpula que dirige Salvador Illa, una formación con cada vez más peso institucional en la política catalana.
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