En la playa de Garraf reina ‘El chiringuito’, un bar-restaurante con unas vistas impresionantes, una carta de tapas, arroces, carnes y pescados correcta, y unos precios dignos de la panorámica que se puede disfrutar desde sus mesas. Verlo vacío en esta época del año trae la nostalgia del verano, en el que sus mesas bullen de comensales tras haber disfrutado de un baño de mar.
Hace unos años viví allí uno de los momentos más memorables de mi trayectoria vital: allí entrevisté al gran Fernando Esteso, uno de los cómicos más populares de la historia de España, en una entrevista para un suplemento de ‘La Vanguardia’ que nunca se publicó, pero que sí cobré. Cosas de esa casa. Los pensamientos de este ilustre humorista quedaron inéditos, aunque me quité la espina años después, con motivo del espectáculo de despedida de Lita Claver ‘La maña’.
Fernando Esteso y ‘El chiringuito’ son dos testimonios de esos veranos de ayer y de hoy, del tinto de verano, del picoteo, de las sombrillas y la tortilla de patatas en fiambrera y la cerveza fresquita comprada en el bareto más cercano. Ahora que estamos en invierno, bueno es recordar que pronto llegarán tiempos más cálidos.
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