El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha mantenido durante estos días una ronda de contactos con todos los portavoces de los distintos grupos municipales con representación en el Ayuntamiento de la capital, con todos menos con VOX.
El máximo representante político de la Ciudad Condal ha tomado la decisión de despreciar a casi 38.000 ciudadanos que el pasado 28 de mayo, democráticamente decidieron escoger la papeleta de VOX para que Gonzalo de Oro y Liberto Senderos fueron sus representantes en el consistorio barcelonés.
Además, tal y como denunció en rueda de prensa el pasado martes el presidente del grupo municipal de VOX en el Ayuntamiento de Barcelona, Gonzalo de Oro, el gobierno de la ciudad esta poniendo trabas al trabajo de oposición de la formación.
“El ayuntamiento no es propiedad del PSC, es una vergüenza impropia de una institución democrática. Por muchas artimañas que nos quieran hacer, no van a callar a casi 40 mil barceloneses y más de 3 millones de españoles”, aseguraba Gonzalo de Oro en rueda de prensa este pasado martes. Mientras el PSC está dispuesto a hablar con el prófugo Carles Puigdemont para sacar adelante la legislatura, se niega a mantener una reunión con el grupo municipal de VOX en Barcelona. Suena cuanto menos extraño.
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