La gestión que han llevado a cabo los partidos separatistas en los distintos gobiernos ha sido una auténtica calamidad, y así lo demuestran todos los datos que tenemos encima de la mesa.
Cataluña es la región europea con la mayor presión fiscal y obtendría el peor resultado de este índice, ya que se elevaría hasta los 134,5 puntos, el más alto de toda la Unión Europea y con una diferencia de 46,9 puntos con respecto a Madrid.
La comunidad autónoma catalana, en manos del separatismo, se ha convertido en la región con un mayor número de impuestos propios de toda España, casi veinte, y son de los más altos por ejemplo en Sucesiones, Donaciones, Patrimonio, IRPF y en gravar con tasas a las que llaman ‘verdes’.
Esta elevada presión fiscal en ningún momento se ha traducido en una mayor recaudación ni en una mejora de su economía ni de sus servicios. Al contrario, Cataluña ha perdido en los últimos años su hegemonía económica en favor de Madrid, cuya apuesta contraria ha beneficiado en varios puntos su economía y la ha colocado al frente del ranking nacional.
Una vez más queda sobradamente acreditado que el proceso independentista emprendido hace años en Cataluña ha traído crisis y mala gestión.
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