El mundo de la coctelería me resulta fascinante aunque servidor es más bien conservador, y a la hora de tomar una copa prefiero un licor puro y duro, sin combinar y, casi siempre, sin hielo. Pero reconozco que en el Tirsa (Mallorca, 25, Barcelona) los hacen muy bien y consiguen romper mi costumbre.
Tampoco me las voy a dar de «habitual» ni «experto», porque no lo soy, pero las dos veces que he ido – ambas recientemente – he salido muy satisfecho. La profesionalidad del barman, un joven que ama su oficio y que se le nota cada vez que te ofrece un combinado, resulta reconfortante en un sector en el que cada vez cuesta más a camareros con orgullo de serlo.
Mis dos experiencias en mis visitas al Tirsa fueron dos cócteles clásicos a base de bourbon, el ‘old fashioned’ y el ‘Manhattan’. Ambos espectaculares, bien servidos, con una entrada y final acojonante y que se te hace escaso de lo buenos que son. El ambiente es acogedor, la clientela es amable – al menos, con la que coincidí en ambas ocasiones – y los profesionales de la barra están siempre atentos.
El Tirsa es una rara avis en la hostelería barcelonesa, que hay que cuidar para que siga floreciendo. La ciudad estará en decadencia, pero esta coctelería está en alza. O, mejor dicho, en una Barcelona cada vez menos amable reconforta encontrar rincones acogedores como el Tirsa.
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