
Aprovechando un evento social en Vinaroz, servidor fue llevado de bar en bar para probar las ricas especialidades de esta localidad de la costa de Castellón. Yo solo relataré lo que probé y puedo recomendar con cierta tranquilidad de espíritu, que para llevarles a encerronas ya están las guías de publirreportajes.
Mi primer contacto con la hostelería en esta localidad fue ‘La pirámide’ (Carrer Cala Puntal L, 1,), un chiringuito a pie de playa más que interesante. Comencé con un tinto de verano (muy reseñable) y unos mejillones espectaculares, muy sabrosos y recién hechos.
Los calamares a la andaluza no me convencieron, aunque he de reconocer que gustaron a todos mis compañeros de mesa. Será que soy ‘especial’ para esta tapa. El pulpo con allioli subió el nivel y la paella mixta me encantó. Sabrosa y como a mi me gusta, que sea generosa con la carne y que esté en su punto.
El almuerzo en un local a escasos metros del club náutico, el Bar Mataró (Carrer Primer de Maig, 33), también es destacable. Ambiente marinero y bocadillos generosos. El mío fue de tortilla francesa, con pan con tomate, y me lo sirvieron justo como lo deseaba. Salí contento.
El vermú fue en Gastro Lai (Pg. de Blasco Ibáñez, 7). Las patatas bravas eran curiosas, cortadas en forma de gajo y con una salsa poco habitual, pero muy interesante. Vale la pena probarlas. Y las sardinas a la plancha estaban muy sabrosas. Por cierto, a veces cuentan con una oferta, una ración y dos cañas a buen precio. Nosotros la usamos para probar estas dos tapas, y salimos satisfechos. De la comida dominguera hablaremos en otra entrega.
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