Votar a Salvador Illa es como votar a Carles Puigdemont o a Pere Aragonès. Los socialistas son los que han despedido a un clarinetista y al cocinero del alcalde Collboni por no ‘hacer’ su trabajo en catalán. Son los que han perdonado 15.000 millones de euros a ERC para que se siga gastando el dinero en TV3, y no en hospitales.
Por lo tanto, hemos de movilizarnos para asegurarnos que los actuales veinte diputados que plantan cara al separatismo – la suma de los que tienen en la actualidad VOX, CS y PP – se acerquen a los treinta. No será nada fácil, pero si queremos construir una alternativa de futuro hemos de comenzar a trabajar ya.
No se trata de dar ningún cheque en blanco a PP, VOX o CS. Hemos de vigilarles y exigirles que nos defiendan y que no retrocedan ni un milímetro en la defensa de nuestros derechos civiles y lingüísticos. Lo que no podemos hacer es quedarnos en casa. Y, sobre todo, lo que no se puede hacer de ninguna manera es caer en la propaganda de Sánchez y votar al PSC como fuerza “superadora” del “conflicto catalán”.
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