No es normal que Cataluña tenga tan pocos clubes en la elite, y sólo se explica por el ánimo depredador del Barça. Lo del Girona durará unos años, hasta que la labor de zapa culé acabe con ellos. Ningún club catalán ha podido resistir un largo período en el fútbol profesional salvo el Espanyol, algo que no es normal en una comunidad tan potente económica y deportivamente como la nuestra.
Basta con ver el ejemplo de la Comunidad de Madrid, con cinco equipos en la élite cuando tienen un millón menos de habitantes. El Barça ha vendido un discurso falso basado en una presunta catalanidad, universalidad y otros conceptos que suenan bien en los oídos de muchos ciudadanos para esconder su verdadero objetivo, detentar el monopolio.
Sólo el Espanyol ha resistido este tsunami, y ha conseguido mantenerse en la elite de la Liga, aunque en un lugar secundario con respecto a la que le correspondería por su historia y su potencial social y económico. Podemos estar muy orgullosos de ser pericos, pero los resultados son los que son.
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