El Real Madrid es el segundo club en número de seguidores tanto en Barcelona, como en el resto de Cataluña. La literatura sobre los centenares de miles de seguidores del club blanco tanto en la capital catalana como en toda la comunidad autónoma es casi inexistente. De ahí que destaque ‘La Cataluña del Real Madrid. Crónica de una resistencia (Ed. Printcolor), del periodista José Miguel Villarroya.
El autor es un habitual de las tertulias televisivas y radiofónicas deportivas catalanas desde hace más de una década, siempre mostrando los colores del club del que es socio, el Real Madrid. Porque Villarroya conjuga la vis periodística con la de aficionado que defiende, con rigor y con argumentos, la entidad blanca en una teórica tierra hostil. Y decimos «teórica» porque algunos estudios periodísticos cifran en un millón los seguidores del equipo del Santiago Bernabéu en las cuatro provincias catalanas.
Villarroya defiende el carácter «resistente» del aficionado merengue catalán, dado que a pesar de que son centenares de miles son vistos como algo ajeno, e incluso como el «enemigo» en la prensa deportiva catalana, absolutamente volcada con el Fútbol Club Barcelona. De hecho, el autor dedica un capítulo a la televisión pública de la Generalitat, a TV3, a la que define como «la correa de transmisión» de una «entelequía» que asocia el Barça con Cataluña.
Y denuncia que «la gravedad del caso es que TV3 es la televisión pública de Cataluña, es decir, la pagamos con nuestros impuestos, los culés y los que no lo somos, pero en materia deportiva es un sucedáneo de Barça TV». Y es que la «crónica de una resistencia» que subtitula el libro la argumenta así: «Nosotros, sin embargo, no vivimos una situación normal, similar a la de otros madridistas en España. Tenemos que enfrentarnos cada día a la idea que nos intentan imponer desde todos los ámbitos que Cataluña es azulgrana».
Pero Villarroya no se limita a teorizar sobre cómo los aficionados merengues son tratados en Cataluña, ni sobre las raíces catalanas del club (el fundador del Real Madrid nació en Mataró), ni sobre su visión de cómo este club es tratado como algo no solo ajeno a esta tierra, sino nocivo para ella. El autor defiende la esencia del club blanco y también reivindica la importancia de los seguidores madridistas en el deporte catalán, sobre todo a partir del momento de resurgimiento de este grupo de aficionados.
Para el autor la consecución de la séptima Copa de Europa el 20 de mayo de 1998 frente a la Juventus fue cuando miles de madridistas catalanes se dieron a conocer públicamente: “Desde ese día empezamos a existir oficialmente, ya no pudieron decir que no había madridistas en Cataluña”. Y es que en casi todas las ciudades y pueblos catalanes docenas de miles de hinchas salieron a las plazas y a las calles para celebrar esta victoria. Fue el “antes” y el “después”, una inmensa “salida de armario” que sorprendió a los políticos y medios de comunicaciones locales.
Y Villarroya, en su labor de poner voz a los centenares de miles de madridistas catalanes, destaca la labor de las numerosas peñas merengues extendidas por todo el territorio catalán y escoge a unos cuantos dirigentes de estas entidades para que opinen sobre diferentes temas de interés. Y entrevista a diversos catalanes para poner en evidencia que el Real Madrid también es un fenómeno propio de esta comunidad autónoma.
Sin duda alguna, aun siendo una obra escrita desde la óptica madridista, y por lo tanto de parte, es imprescindible para conocer la visión de un buen número de catalanes que han sido tradicionalmente arrinconados y maltratados en Cataluña por los poderes públicos y por el gran “poder” de nuestro tiempo: los medios de comunicación.
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