Tras la debacle electoral del 14-F en que el partido mas votado en las ultimas elecciones catalanas se ha dejado casi un millón de votos por el camino y ha pasado a ser el penúltimo partido con representación, cabria pedir un análisis y unas responsabilidades políticas, pero parece que quien manda en Ciudadanos no lo cree así pues descarta dimisiones y achaca el resultado a que sus votantes se han quedado en casa. Tristes excusas cuando ante un resultado catastrófico (de 36 a 6 diputados) se señala como culpable al votante.
Pero hay una pregunta muy importante que se ha planteado ya en muchos medios de comunicación: ¿Quién manda en Ciudadanos? Parece claro que Inés se apoya casi exclusivamente en Carlos Cuadrado y José María Espejo.
Pues bien el lunes 15, el día después de las elecciones, quedó claro, por lo menos para mí, que el Comité Ejecutivo de Cs no es ejecutivo si no únicamente consultivo sin decisiones vinculantes pues tras convocar una reunión “urgente y presencial” de la Ejecutiva para valorar los resultados se anunció desde prensa que no habría convocatoria de Medios hasta el martes 16 después de la reunión del comité permanente.
Ello me lleva a varias conclusiones:
Primero: que no tenían previsto reunir al Comité Ejecutivo para analizar los resultados de las elecciones, en caso contrario no hubiese sido una reunión de “urgencia”
Segundo: al avisar que no habría convocatoria a Medios para explicar las decisiones y resultado de ese análisis electoral, da a entender que el Comité Ejecutivo es meramente consultivo y que no tiene poder de decisión, lo cual indica que está supeditado a otro órgano superior.
Tercero: al decir que la convocatoria a Medios se realizaría el martes 16 después de la reunión del Comité Permanente, queda claro que éste es el órgano supremo que toma las decisiones en Ciudadanos, es decir en el mejor de los casos son seis personas las que lo deciden todo en Cs, aunque parece que solo tres tienen protagonismo real.
Que esto suceda en un partido al uso parece normal pues arrastran una inercia importante, pero cuando sucede en un partido relativamente joven que nació para oponerse al separatismo, para acabar con el bipartidismo y para ser ejemplo de regeneración democrática, de transparencia y de participación, es cuanto menos algo a corregir máxime cuando el grado de autocomplacencia y de falta de espíritu critico pone en peligro la supervivencia política de un partido que hoy sigue siendo muy necesario.
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