Pau Guix (Barcelona, 1971), presenta este viernes en la librería Alibri (Balmes, 26) su primer libro, ‘El hijo de la africana’, una obra en que desmenuza, tanto en los artículos de opinión del autor como en los textos de diversas personalidades que están presentes en la obra, las miserias del nacionalismo y de cómo se le puede combatir intelectualmente.
Los ponentes del acto, que comenzará a las 18:30 y que es de libre acceso, son la catedrática Teresa Freixes, el periodista Ramón de España y el escritor Miquel Porta Perales. Pueden adquirirlo en este enlace de ebay, en este enlace de todocolección, o en este enlace de Amazon. También en la tienda de Dolça Catalunya. Y pueden solicitar en su librería habitual (en Cataluña) que lo pidan a la distribuidora Benvil.
¿Por qué se titula ‘El hijo de la africana’?
Porque al ser hijo de un señor de Vich y de una señora de Cartagena, una parte de la familia paterna es como se refería despectivamente a mi madre, la “africana”.
Usted acusa al nacionalismo catalán de “supremacista”. ¿Hay algún nacionalismo que no lo sea?
Cualquier nacionalismo ha sido, es y será siempre xenofobia supremacista, y el nacionalismo catalán no va a ser menos. De Gaulle lo definió perfectamente cuando afirmó que patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero y nacionalismo cuando el odio por los demás es lo primero.
¿Aporta este libro una buena dosis de vitaminas intelectuales para combatir el nacionalismo?
Eso debe juzgarlo el lector pero al menos esa ha sido mi intención en cada uno de los artículos que he escrito estos cuatro largos años bajo el yugo tiránico del “procés” interminable.
Usted es muy cuidadoso a la hora de escoger cada palabra en sus artículos. ¿Cree que es imprescindible la precisión, para evitar caer en el uso del lenguaje nacionalista?
Es imprescindible no asumir y no usar el lenguaje el nacionalista, como le ha sucedido incluso a algunos políticos catalanes de la oposición. Su lenguaje es usado para transmitir su relato, es decir la creación de su mundo y su sociedad nacionalista.
¿Puede poner un ejemplo?
Le pongo un claro ejemplo de la perversidad en el uso del lenguaje nacionalista: cuando se habla de “país” en Cataluña la población ha asumido que se habla de Cataluña y no de España, cuando Cataluña es una región y país sólo hay uno, España, tratando así de vender subliminalmente su “paisito” independiente.
¿Por qué los nacionalistas llevan ventaja en la denominada ‘batalla del lenguaje’?
Han invertido miles de millones en propaganda mediática, en educación, y en la sociedad civil. Han comprado a sus voceros y los han convertido en transmisores efectivos de su mensaje de odio.
Esta obra recopila los artículos de opinión que usted ha publicado en diversos medios. ¿Siguen estando de actualidad?
Por desgracia sí, sólo ha cambiado una cosa, han perdido la hegemonía moral pero el nacionalismo sigue teniendo el poder y controlando la sociedad catalana.
¿Por qué ha querido acompañar sus columnas con textos de otros autores, como Teresa Freixes, Ramón de España o Miquel Porta Perales, por citar solo a los que participarán en la presentación del viernes?
Todos los prologuistas son catalanes de “seny”, gente comprometida en la lucha contra el nacionalismo, y desde ideologías muy diversas. Son grandes intelectuales y miembros destacados de la sociedad civil, y todos ellos han combatido el nacionalismo de manera pública. Su opinión es vital para acabar con esta lacra que ha partido Cataluña en dos mitades. Por ello les estoy muy agradecido por su participación en mi libro.
Augusto Ferrer-Dalmau ha aportado la ilustración de la portada. ¿Por qué ha escogido a este artista?
La verdad es que Augusto, cuando le conté el proyecto de este libro, me ofreció por sí mismo usar una ilustración suya. También ha escrito un prólogo. Creo que es un lujo contar con la participación de un artista tan reconocido y de tanta calidad.
¿Por qué deberían los lectores de elCatalán.es comprar su libro?
Les aconsejo su compra si quieren profundizar en el cómo, cuándo y porqué de esta miseria moral que es el nacionalismo y que nos ha tocado vivir en Cataluña los últimos 40 años.
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