El PDECat decidió retirar la moción pactada en el Congreso de los Diputados con el PSOE en la que se defendía el diálogo sobre el proceso soberanista «en el marco del ordenamiento jurídico vigente», un añadido propuesto por el grupo socialista y aceptado inicialmente por la formación secesionista.
La decisión de Esquerra Republicana, que decidió finalmente no apoyarla, las críticas de la CUP y, sobre todo que no todos los diputados del PDeCAt en la Cámara baja estaban de acuerdo con el texto final pactado con el PSOE, ha llevado a que haya fracasado el intento de buscar una salida negociada con el Gobierno.
Mientras el secesionismo no abandone la vía unilateral y siga jugando con la posibilidad de volver a violar el marco legal español, no hay ningún tipo de diálogo posible. Que la CUP siga en la agitación permanente es lo normal, porque es su medio ambiente natural. Que el PDeCAT y ERC sigan sin enmendar sus errores es mucho más grave.
No habrá ninguna posibilidad de intentar reparar los males que el secesionismo ha causado en el seno de la sociedad catalana mientras los partidos separatistas no tengan claro que dentro de la ley y respetando la Constitución se puede hablar de todo, pero fuera de ella, de nada.
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