Óscar Uceda es presidente de ‘Historiadors de Catalunya’, fue vicepresidente de Societat Civil Catalana y ha publicado varios libros, en solitario y colectivos, relacionados con la historia de Cataluña. Su última obra es ‘La singular vida de Claudio López Bru. Empresa, regeneracionismo y reforma social’, que se presentó hace unos días en la localidad cántabra de Comillas (pueden ver el acto en el vídeo que encabeza esta entrevista).
¿Por qué hay una cierta leyenda negra en Cataluña sobre los marqueses de Comillas?
La excusa es la supuesta relación del primer marqués de Comillas con la trata ilegal de esclavos, el trasfondo es que Antonio López y López y su hijo Claudio fueron el líder del empresariado catalán durante la primera fase de la Febre d’or en el caso del padre, y uno de sus máximos exponentes en el caso del hijo. La trata ilegal de esclavos fue el origen de algunas de las mayores fortunas catalanas de la época, pero no es el caso de Comillas. Atacar a un cántabro, sirve para desviar la atención sobre los demás. Digamos que hasta la fecha se ha visualizado cierto pacto no escrito entre la izquierda y la derecha catalana buscando un chivo expiatorio al que culpar del pasado esclavista catalán culpando a un no catalán de un episodio tan turbio y controvertido.
¿Contribuye a este hecho el que fueran empresarios monárquicos y muy comprometidos con la defensa de España como nación?
Ese es el otro aspecto, Antonio López consiguió liderar a un grupo de empresarios madrileños, catalanes y cubanos para crear el Banco Hispano Colonial, entidad creada para prestar dinero al Estado español y así financiar la primera guerra de Cuba. Gracias a esta acción, la presencia española en las Antillas duró 30 años más. Su hijo Claudio promovió negocios en toda España, incluyendo Cataluña y siempre desde la lealtad institucional y un profundo afecto a la hispanidad, compaginándolo con el mecenazgo del mejor poeta español del siglo XIX, Jacinto Verdaguer, que escribía su obra en lengua catalana.
¿Cómo definirías a Claudio López Bru?
Un hombre bueno al que le hubiera gustado llevar una vida más sencilla. Heredó el grupo Comillas al morir inesperadamente su hermano Antonio y supo adaptarse a las circunstancias. Engrandeció las empresas de su padre y les dio un carácter social que sería un ensayo de la moderna sociedad del bienestar.
¿Cómo era su compromiso social con sus trabajadores?
Tenía la certeza que la revolución industrial se había cebado con los trabajadores, creando conflictos que derivarían en la creación de corrientes marxistas y socialistas. Creía que se tenían que mejorar las condiciones laborales si se quería evitar la revolución.
¿Era una pose o realmente era un sentimiento profundo?
Sin duda creía que era justo. Era consciente que este gasto adicional de recursos mejoraba la productividad de los trabajadores, pero creía que estas mejoras eran ante todo justas. No se trataba sólo de interés, creía que hacía lo correcto.
¿Cuál fue su relación con Mosén Cinto Verdaguer?
Durante casi toda su vida excelente, eran grandes amigos, Verdaguer era el confesor de la familia, a Claudio le encantaba la poesía y como capellán de la casa, la familia López y Verdaguer eran inseparables. Hacía al final del siglo XIX, mosén Cinto recayó en una de sus depresiones y empezó a cambiar de actitud, obsesionandose con los exorcismos y lo esotérico, malgastando el dinero del marqués en limosnas a personas indeseadas, etc.
Finalmente, Claudio le despidió y el mosén cargó contra él escribiendo cartas en la prensa republicana. Fue el fin de una buena amistad de décadas.
¿Era López Bru tan buena persona que le timaban con las limosnas?
Si, aunque no le importaba demasiado. Prefería equivocarse al dar una limosna a un sinvergüenza que dejar desamparado a alguien necesitado. La duda es cómo reaccionó cuando su tío Pancho Bru le timó 45.000 pesetas de 1893 a través de Verdaguer. Pancho Bru es uno de los personajes que trato en el libro y que son el origen de la leyenda negra de los Comillas. Era un personaje nefasto cuyo legado injurioso perdura hoy en día.
¿Reivindicas la figura de aquellos empresarios catalanes que trabajaron por una España más próspera?
Sin duda, hasta la guerra de Cuba, el maridaje entre el pujante empresariado catalán y el Estado español fue indudable. No podemos olvidar que la primera fábrica de vapor de Cataluña, la Bonaplata, se financió en buena parte con préstamos del Estado en 1832, o que como hemos dicho, buena parte de los industriales catalanes se volcaron prestando dinero al gobierno de Cánovas para sostener Cuba. Fue con la pérdida de las provincias de Ultramar cuando una parte, no toda ni mucho menos, del empresariado catalán optó por romper con España.
NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 5, 10, 20, 50 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí.
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.