La rebelión cívica de ciudadanos constitucionalistas hartos de la propaganda excluyente secesionista se sigue extendiendo. Hace unos días aparecieron en diversas aceras del distrito de Sarrià-Sant Gervasri, en Barcelona, pintadas con el lazo amarillo, el símbolo de los que creen que España es un país no democrático que tiene “presos políticos”.
Ante esta falta de respeto hacia todos los españoles que lucharon para que nuestro país se convirtiera en lo que es ahora, un Estado de Derecho y Democrático, activistas constitucionalistas han reconvertido los lazos amarillos en lazos rojigualdas.
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