El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió durante su debate de investidura levantar un muro con más de la mitad de los españoles, y ahí parece que también iban incluidos los medios de comunicación más críticos con las constantes mentiras de Sánchez.
Los primeros en sufrir estos efectos han sido los compañeros de ABC, tal y como denuncian este domingo en un editorial. Dicho periódico asegura que pidió «acreditarse para cubrir el viaje de Sánchez a Israel, Ramala y Egipto de esta semana, pero la secretaría de Estado de Comunicación impidió que este periódico pudiera acompañar a la comitiva del presidente junto con otras cabeceras periodísticas de similar tamaño o, incluso, mucho más pequeñas».
No es la primera vez que Pedro Sánchez y su equipo vetan a ABC, y sin lugar a dudas esta es una deriva peligrosa. Cabe recordar que durante la anterior legislatura Sánchez no quiso conceder entrevistas personalizadas a los medios más críticos con su gestión. Únicamente durante la precampaña accedió a hacer entrevistas a esos medios, como Onda Cero. En cambio, siempre estuvo presto y dispuesto para asistir a radios amigas como la SER o RNE.
Tal y como acaba el editorial dominical de ABC, «resulta inquietante la decidida arbitrariedad con la que desde el Gobierno se intenta desestabilizar un equilibrio mediático en el que el pluralismo y la posibilidad de criticar al poder deberían estar garantizados«. Se entra en un terreno complicado, y bien haría el equipo de Sánchez y el propio presidente en reflexionar sobre ello.
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