El separatismo, a lo largo del ‘procés’, ha sido una máquina de insultar a aquellos que discrepaban de sus postulados. Comenzaron con los ya tradicionales «charnego», «facha», «fuera los fascistas de nuestros barrios», «franquista» y «ultraderechista». Pero como vieron que no acababan de humillar lo suficiente a los catalanes constitucionalistas se pasaron directamente al «puta España» y, sobre todo, al «ñordos», que es lo mismo que llamar «mierda» a los que no piensan como ellos.
Rápidamente los nuevos insultos abandonaron el ámbito de las redes sociales separatistas y se instalaron cómodamente en los principales medios de comunicación dominados por el independentismo. Así, el «ñordos» aplicado a los catalanes que se sienten españoles se escuchó en el prime time de TV3 (lo dijo la presentadora Cristina Puig en el Preguntes Freqüents) y el «puta España» ha ‘triunfado’ en varios espacios de TV3 y Catalunya Ràdio, como ‘El búnquer’, ‘Zona franca’ o ‘Bricohéroes’. Todo ello sufragado con el dinero de los ‘ñordos’.
Como el ‘procés’ ha saltado a Moncloa, y Pedro Sánchez se ha convertido en un mix entre Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Quim Torra, no podía quedarse atrás. Los tradicionales insultos a la oposición (‘extrema derecha’ y ‘derecha extrema’) no eran suficientes, y se han inventado la «fachosfera». En unos días hemos visto usar esta expresión al ministro Óscar Puente y, como no podía ser de otra manera, al mismo Pedro Sánchez en una entrevista publicada este domingo en ‘La Vanguardia’.
El estilo de Pedro Sánchez lo conocemos muy bien en Cataluña. Es el mismo matonismo político que el separatismo ha dedicado a los catalanes no independentistas desde hace más de una década. El «no sois catalanes» se ha convertido en «no merecen gobernar España porque son una banda de ultraderechistas». El «coge la maleta y vete de Cataluña si no te gusta» ha sido la política ‘inclusiva’ de los partidos que han gobernado la Generalitat en la última década.
De la misma manera que para Esquerra Republicana y Junts en Cataluña había cerca de cuatro millones de «ñordos», para Pedro Sánchez y Salvador Illa hay más de doce millones de «ultraderechistas». Excluir a la mitad de la población para gobernar eternamente: esta es la estrategia común de socialistas y separatistas (Sumar – Podemos – Comunes son una terminal más del secesionismo).
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