Alejandro Fernández es el mejor orador del Parlamento de Cataluña saliente. Repasen Youtube. El candidato del PP a la Generalitat es el que tiene la cabeza mejor amueblada de la clase política en la región. Y las ideas, también. No es sobornable. Defiende el sentido común, que es toda una revolución en aquella parte del noreste peninsular. El tarraconense sabe lo que hay que hacer frente al independentismo y, sobre todo, no duda en que hay que actuar contra (sí, contra) el nacionalismo.
Descartada la opción del PSC para las elecciones del 12 de mayo y definitivamente para las próximas décadas, tal y como ya señalé a principios de año, indudablemente, la papeleta que encabezará Fernández es la que más garantías ofrece al llamado constitucionalismo catalán. ¿Seguro? ¿Es esta la única alternativa? No, ciertamente. El problema de Fernández es que el PP sigue pensando que no hay nada que hacer en Cataluña y que, por lo tanto, el albero catalán es solo un instrumento para llegar a La Moncloa.
Lástima. Cataluña, tierra quemada. Un tal González Pons trató de pactar con Puigdemont la investidura de Feijóo tras las generales. Solo plantear esta opción inhabilita al PP para recibir el voto de los constitucionalistas catalanes. ¿A qué estaba dispuesto Feijóo para ser presidente? ¿Cuál era el precio? ¿Qué ofreció? Lo relevante no es que la negociación no llegó a buen puerto, lo trascendental es que se intentó. Se pensó la posibilidad y se llevó a cabo. Solo Puigdemont lo impidió, pero no Feijóo. ¿Se acuerdan del Majestic?
Por lo tanto, solo queda Ciudadanos ya que Vox no puede ser una solución, como tampoco lo es Sumar, Podemos o el nombre que utilicen. Los extremos, no resuelven, influyen. No digo que no deban tener representación parlamentaria, pero sí que no son el remedio a nada. Y es cierto que Carrizosa no es Cañas. Así lo defendí, también aquí mismo. Pero esto ya no va de personas. Va de proyecto. ¿Por quién apostarían su dinero a que traiciona antes a los catalanes, el PSC, el PP o Ciudadanos?
Los liberales nacieron en 2006 y el motivo de su alumbramiento sigue tan vigente como entonces: un PSC perdido en el monte nacionalista y un PP vendido al precio monclovita. Razón por encima de esencialismos. Libertad con Estado de Derecho. Crecimiento económico con políticas sociales. Progreso sin populismo. La idea de Ciudadanos es previa a Rivera y Arrimadas. Y su necesidad sigue siendo imprescindible. Repasen el primer manifiesto (2005). El constitucionalismo no puede volver a las catacumbas.
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